El 16 de agosto de 1908, Lincoln, una ciudad perteneciente al estado norteamericano de Illinois, vio llegar al mundo a William Maxwell, un editor y escritor estadounidense cuya vida repasaremos en los párrafos siguientes. Sus progenitores fueron Eva Blossom Blinn y William Keepers Maxwell.
Este hombre al que muchos recuerdan bajo la denominación de William Keepers Maxwell, Jr. quedó huérfano de madre en su niñez, una pérdida que influyó significativamente tanto en su crecimiento como en su producción literaria. A partir de ese lamentable suceso, fue enviado a Bloomington, donde quedó al cuidado de sus tíos.
Tras formarse primero en Senn High School y, más tarde, en las universidades de Harvard e Illinois consiguió empleo en The New Yorker, revista en la cual permaneció por varias décadas desempeñándose como editor. Esa labor le brindó la posibilidad de entrar en contacto con escritores como John Cheever, John O’Hara, John Updike y Eudora Welty, entre otros.
Con el paso de los años, motivado por sus propios intereses culturales y estimulado por los intelectuales que lo rodeaban pero construyendo un estilo único y muy personal, se animó a demostrar sus habilidades para la escritura desarrollando relatos para el público infantil, ensayos, memorias y novelas.
En español, hoy en día, es posible apreciar su talento por medio de libros como “Vinieron como golondrinas”, “La hoja plegada” y “Adiós, hasta mañana”, mientras que en inglés se consigue su legado completo. Para homenajear de forma póstuma a este autor que tuvo un extenso matrimonio con Emily Gilman Noyes (amor fruto del cual nacieron sus hijas Emily y Katherine), con el tiempo se editaron volúmenes centrados en sus textos a fin de renovar la curiosidad mundial por su trabajo.
William Maxwell, merecedor de distinciones como el American Book Award y elegido en 1968 como presidente del Instituto Nacional de las Artes y las Letras, falleció en Nueva York el 31 de julio de 2000.
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