En suelo londinense nació, el 8 de enero de 1824, el escritor inglés William Wilkie Collins, responsable de títulos como “La dama de blanco” y “La piedra lunar”.
Parte de su adolescencia transcurrió en Italia, donde su familia residió durante un tiempo. Según se advierte al repasar la historia de vida del hijo del afamado pintor William Collins, tras interrumpir sus estudios académicos para trabajar en una empresa de té, el joven William (ya para ese entonces interesado en la actividad literaria) decidió inscribirse en Lincoln’s Inn para especializarse en Derecho. Completó su formación, pero nunca ejerció como abogado.
“Memorias de la vida de William Collins” fue su primer libro. Después aparecerían “Antonina o la caída de Roma” y “Basil”: desde entonces, jamás dejó de dedicarse a la Literatura.
En marzo de 1851, este autor que tiempo antes había probado suerte como pintor tuvo la posibilidad de entrar en contacto con Charles Dickens, novelista con el cual lo uniría una gran amistad.
Sobre su vida personal, también resulta interesante mencionar que Collins, quien se volvió adicto al opio por consumirlo en primera instancia con fines terapéuticos para aliviar los dolores que sufría por un cuadro de gota reumática, no estuvo casado pero sí mantuvo romances con Caroline Graves y Martha Rudd. Con esta última mujer, el británico tuvo tres descendientes.
“Andanzas de un granuja”, “En mares helados”, “Una casa en alquiler”, “La reina de corazones”, “El hotel de los horrores”, “El dinero de Milady”, “La hija de Jezabel” y “El río culpable” son otras creaciones que pertenecen a la producción literaria de este prolífico dramaturgo y novelista que falleció en Londres el 23 de septiembre de 1889. Varias de estas obras, además de haber sido traducidas a múltiples idiomas, han sido adaptadas en diversas oportunidades tanto al teatro y al cine como a la televisión.
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