El narrador, dramaturgo, guionista y poeta uruguayo Yamandú Rodríguez dejó una huella imborrable en la cultura tanto de su país como del extranjero. Por esa razón, y con el objetivo de permitir que las generaciones más jóvenes conozcan su legado y sepan qué aportes artísticos realizó, en esta ocasión vamos a hacer foco en su vida y obra.
Este hombre que nació el 25 de mayo de 1891 en Montevideo inició su producción poética en 1913 con un material titulado “Aires de campo” y desde entonces empezó a perder el anonimato por su buen desempeño en el campo de la escritura. Temporadas después, presentó el poema dramático “1810” en el Teatro Solís ubicado en la capital de su nación, una propuesta que, con el tiempo, llegaría a Buenos Aires, cobrando protagonismo en el Teatro Cervantes.
Es interesante resaltar que en Argentina, Yamandú volvió a captar la atención del público cuando su composición “El Matrero” inspiró a Felipe Boero a realizar una ópera en tres actos que pudo verse, por ejemplo, en el Teatro Colón.
Tampoco se puede dejar de señalar que el también responsable de “El fraile Aldao” y “La lanza rota” escribió en 1925 cuentos que enriquecieron las páginas de la revista “El Suplemento” y en 1932 viajó por el interior de su patria para ofrecer recitales poéticos musicalizados por Felisberto Hernández.
“Humo de Marlos”, “Bichito de luz”, “Los Kennedy”, “Domingo y otros cuentos”, “Cansancio. Cuentos criollos”, “Cimarrones” y “Poesías completas” son otros títulos que invitan a apreciar las extraordinarias capacidades creativas de este autor que, aquejado por problemas psiquiátricos, pasó el último tramo de su vida alejado de la actividad literaria y recluido en una clínica del departamento uruguayo de San José.
El 15 de marzo de 1957, Yamandú Rodríguez encontró la muerte en Montevideo pero su esencia sigue viva en cada poema, obra teatral o narración de su autoría.
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