El 8 de abril de 1916 se produjo en San José de Costa Rica el nacimiento de la escritora Yolanda Oreamuno Unger, descendiente de la pareja conformada por Margarita Unger Salazar y Carlos Oreamuno Pacheco.
La autora tenía pocos meses de vida cuando su padre falleció y, a partir de ese lamentable episodio, fue criada en mayor medida por Eudoxia, su abuela materna.
Tras recibirse de Perito Contable en el Colegio Superior de Señoritas, Oreamuno se formó en Secretariado y se interesó por la Mecanografía. En 1936, debutó como cuentista al publicar “La lagartija de la panza blanca”, obra que fue seguida por “Para ‘Revenar’, no para Max Jiménez”.
Ya casada con el diplomático Jorge Molina Wood, la escritora se mudó a Chile con su marido. Allí amplió su producción literaria con “Las mareas vuelven de noche” y “Don Juvencio”. Lamentablemente, regresó a su tierra natal viuda ya que su esposo, aquejado por una dolencia terminal, decidió quitarse la vida.
Su vida sentimental la rehizo con el abogado Óscar Barahona Streber, con quien el 21 de septiembre de 1942 traen al mundo a un niño que bautizan como Sergio Simeón Barahona Oreamuno. La pareja se rompería poco después del nacimiento de su hijo.
Los años siguientes encuentran a esta mujer primero en México, después en Guatemala, un tiempo en Estados Unidos (donde permaneció internada en un centro hospitalario de Washington) y, por último, de nuevo en suelo mexicano. Allí, acompañada por su amiga y colega Eunice Odio, la también responsable de propuestas como “Por tierra firme”, “El ambiente tico y los mitos tropicales”, “Mi mujer y mi monte”, “Protesta contra el folklore” y “La ruta de su evasión” falleció el 8 de julio de 1956. Sus restos permanecieron varios años en el Distrito Federal de México, hasta que en 1961 se resolvió trasladarlos al Cementerio General de San José de Costa Rica.
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