A lo largo de su existencia, el chileno Yolando Pino Saavedra no solamente mostró su talento para la escritura, sino que también se dedicó a rescatar cuentos tradicionales que solían transmitirse oralmente y a transmitir sus conocimientos desde el rol de profesor.
Este doctor en Filosofía que nació el 17 de junio de 1901 en la comuna de Parral sufrió la muerte de su madre a edad temprana, razón por la cual se crió junto a su padre (que, para no dejarlo solo, lo llevaba a su trabajo en la ciudad de Valdivia para luego retornar juntos a su localidad natal) y la familia numerosa que él formo tras enviudar.
Yolando se sintió atraído por el universo poético desde joven, un interés que se potenció cuando quien fuera alumno del Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile tuvo oportunidad de conocer en Santiago a Pablo Neruda, junto al cual compartió tardes de estudio y entabló un vínculo de amistad.
Ya recibido de profesor de Castellano, Pino se trasladó a territorio alemán, donde asistió a la Universidad de Hamburgo para completar un doctorado en Filosofía. Asimismo, realizó cursos de Ciencia General de la Literatura Alemana Moderna y tradujo al alemán “Veinte poemas de amor y una canción desesperada”. De regreso en su nación, trabajó en la Universidad de Chile al frente de las cátedras de Estética Literaria y Estilo y Composición, llegando en 1941 a ser decano de la institución por unos meses.
Entre 1948 y 1960, el afán de querer recuperar las tradiciones literarias llevó a Yolando a recorrer su país en busca de mapuches, campesinos y trabajadores capaces de transmitirle la magia de la narración oral. Así fue como este integrante de la Academia de la Lengua desarrolló los tomos de su obra “Cuentos folklóricos de Chile”.
Yolando Pino, cuyos textos fueron traducidos a múltiples idiomas dándole así popularidad internacional, perdió la vida en 1992 en Santiago de Chile como consecuencia de un ataque cardíaco.
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