El 28 de octubre de 1829 se produjo en la ciudad francesa de Saint-Brieuc el nacimiento de Zénaïde Fleuriot, una autora que apeló en varias oportunidades al seudónimo de Anna Edianez para dar a conocer sus obras.
Esta mujer, integrante de una numerosa familia cristiana, pasó muchas temporadas veraniegas en Ploufragan. En 1872, años después de haber trabajado en un hogar como educadora, queda cautivada por una localidad llamada Locmariaquer, donde decidió afincarse y construir una vivienda. En ese lugar bautizado como Kermoareb (término que, en español, se interpreta como “La casa de la tía”), esta novelista que no tuvo descendientes pero disfrutó el amor y la compañía de varios sobrinos acumuló numerosos instantes felices y encontró enormes fuentes de inspiración para extender su producción.
A lo largo de su trayectoria, además de desarrollar más de ochenta novelas, Fleuriot aportó textos a medios como “La Mode Illustrée” y “Journal des demoiselles”. Dirigir el periódico “La Semana de las Familias” y estar al frente de una entidad educativa profesional destinada la juventud obrera han sido otras de las actividades llevadas a cabo por esta francesa que, hacia 1867, evaluó la posibilidad de tomar los hábitos y continuar su vida como monja.
“Beltrán El Intrépido”, “Reseda – El alma de una mujer” y “Boquita de corazón” son algunos de los títulos de su autoría disponibles en español, aunque su legado es mucho más amplio y se puede apreciar fundamentalmente en francés. Cabe destacar que, en reconocimiento a su buen desempeño en el mundo de las letras, Zénaïde recibió una distinción en el marco de un certamen impulsado por una publicación literaria y un galardón otorgado por la Académie Française, entre otros estímulos.
El 19 de diciembre de 1890, Zénaïde Fleuriot encontró la muerte en París. Sus restos fueron llevados por tren desde la capital de Francia hasta el cementerio perteneciente a Locmariaquer.
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