New York, 8 de agosto de 1993.
...Me cansé de andar huyendo, de recorrer mundo a la deriva llevando sobre mis hombros el fantasma de un gendarme. Lo maté en legítima defensa, le clavé mi cuchillo hasta la empuñadura, casi sin darme cuenta.
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Entrada la tarde del 18 de noviembre de 1954, posterior a nuestro encuentro, en el que había tratado de persuadirme para que sacase mis narices de uno de sus casos, y habiendo recibido una llamada del oficial a cargo, el teniente Ibarra de la Policía de Distrito de Marianao, acudió a una vieja casa de citas situada en un barrio marginal del mismo, en la que había sido hallado gravemente ...
La luna muere en la noche. Su agonía es larga, teñida de rojo y de bronce, mientras la niebla la va cubriendo poco a poco sin dejar ningún rastro de luz. Sus rayos mortecinos iluminan desganados los pesares del mundo. Gime de dolor, como una mujer preñada y llora todas las noches desde el resplandor blanco del cielo. Agoniza silenciosa y solitaria añorando el aullido de su loba, el suspiro ...
Cuando el golpe del tas se repetía, y en medio del calor de la fragua, el pasado regresaba a tomar su lugar, Hipólito soltaba anatemas desde el hoyo de la hamaca. Pensaba en su padre: murió de manera muy extraña; nadie supo explicarse cómo. Era un hombre de una salud y fortaleza física incomparables. Que él o su madre recordaran, nunca había estado enfermo. Vendía libros y vituallas; libros, entre ...
La Ceiba se extiende de múltiples brazos hasta alcanzar su sombra, el tapiz matizado de hojas que acolchan la tierra bajo su pie. Los fantasmas juegan, niños del ayer, sin atreverse a escapar de las inmediaciones, de los aleros en la fronda, que viaja del verde al marrón inigualable… El árbol es camino sin límite; el árbol, siempre el árbol con sus vainas de pelusas grises lanzándose al viento cardinal ...
La ciudad de miel y de canela palpita en la antesala del recuerdo; se desnuda, hembra de cadera suelta y se estremece, bajo sus cabellos hilados de fuentes en el anuncio que inunda el corazón. Se mueve la ciudad de ardiente seno como maraca zumbadora agitando su collar de insólita semilla.
Consagrados en evangelio de ...