Los cuentos latinoamericanos han pasado por distintos etapas en su desarrollo histórico. Una figura clave para la consolidación de su estilo e identidad ha sido el uruguayo Horacio Quiroga.
Autor de «Cuentos de amor, de locura y de muerte» y de «Cuentos de la selva», este escritor nacido el 31 de diciembre de 1878 en Salto es considerado como el principal maestro del cuento latinoamericano. Como ya han pasado más de setenta años desde su muerte, sus obras pertenecen al dominio público, por lo que pueden leerse en Internet relatos como «La gallina degollada», «El almohadón de plumas» y «El espectro», entre muchos otros.
Quiroga también ha sido el creador del «Decálogo del perfecto cuentista», donde enumera las características que, según su concepción, debe tener un cuento de calidad. Por ejemplo, el uruguayo recomienda no exagerar con las adjetivaciones y no escribir bajo el influjo de la emoción.
Tras el importante trabajo realizado por Quiroga, los cuentos latinoamericanos vivieron otra etapa de expansión con el boom de la literatura regional, que llevó a muchos escritores a la fama internacional.
El éxito conseguido por el colombiano Gabriel García Márquez, el argentino Julio Cortázar, el peruano Mario Vargas Llosa, el uruguayo Mario Benedetti y el mexicano Carlos Fuentes, entre otros, permitió también una revalorización de autores de otras generaciones, como Jorge Luis Borges (creador de cuentos como «El aleph», «La biblioteca de Babel», «Las ruinas circulares» y «El informe de Brodie») o Juan Rulfo («El llano en llamas»).
Si bien los autores englobados dentro del boom no se limitaron a ser cuentistas (de hecho, la mayoría de ellos son reconocidos principalmente como novelistas), estos escritores desarrollaron relatos breves y libros de gran calidad y popularidad.
Algunos ejemplos son «Los jefes» de Vargas Llosa, «Doce cuentos peregrinos» de García Márquez, «Bestiario» de Cortázar, «Montevideanos» de Benedetti y «Los días enmascarados» de Fuentes.
Comentarios2
Sería bueno aclarar que la fotografía es de Cortazar porque podría confundirse como perteneciente a Horacio Quiroga.
TAL CUAL. TÚ LO HAS DICHO, GRISEL.
GRACIAS POR TU ACLARACIÓN.
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