Para aprender y conocer más sobre repentismo, nada mejor que darle la palabra a Alexis Díaz Pimienta, un experimentado autor cubano que, en La Habana, está al frente de la Cátedra Experimental de Poesía Improvisada.
Este escritor, que ofrece a través de Internet clases personalizadas de improvisación oral, propone el “Método Pimienta” para enseñar y formarse en este arte que a él le permitió exhibir su talento creativo en más de treinta países.
Gracias a Twitter y a las ganas de Alexis por sumarse a este desafío de contar mucho en poco espacio, hoy podemos descubrir el valor y los rasgos distintivos de la poesía improvisada.
De querer saber más sobre este novelista, ensayista y poeta, es posible leerlo a diario en la red social de los 140 caracteres (donde acumula más de cuatro mil seguidores) o deleitarse con obras como “Prisionero del agua”, “Batido de chocolate y otros cuentos de sabor amargo”, “El gran libro de Chamaquili”, “Fiesta de disfraces” (material que mereció el I Premio Internacional de Poesía Los Odres) e “Intercambio de tarjetas” (libro galardonado con el Premio Iberoamericano de Relatos Cortes de Cádiz), entre otras.
– ¿Cuándo y cómo se despertó en ti el interés por la creación literaria?
– Desde niño hago repentismo (improvisación), una forma de creación que yo llamo «Oralitura». Y desde adolescente, escribo poesía y narrativa.
– ¿Cuáles son las bases para lograr buenas improvisaciones poéticas?
– El dominio y conocimiento de la lengua. La conciencia del idioma como materia prima y la praxis continua. La mejor escuela es la práctica.
– ¿Qué es lo más interesante que encuentras en la Poesía Improvisada?
– La complicidad con los oyentes y su carácter de arte efímero e irrepetible. La palabra como música y la voz como auténtica protagonista.
– ¿Dónde encuentras tus principales fuentes de inspiración?
– Para improvisar en el contexto. Para escribir en la vida, aunque también en la literatura y otras artes. Una mezcla de vivencias y lecturas.
– Te leen tanto dentro como fuera de Cuba y varios premios te respaldan. ¿Qué sientes al saber que tu labor trasciende fronteras y cautiva a personas de distintas edades y nacionalidades?
– Escribo para un lector sin rostro ni límites geográficos, pues es muy estimulante que te lean en otros países y lenguas. Y también, un reto.
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