Ana Martínez Castillo, respuestas en 280 caracteres

Por estos días, Ana Martínez Castillo reparte su tiempo entre los preparativos de la edición 2025 de Inusual – el Ciclo de Literatura Insólita de Albacete que la tiene como coordinadora -, una iniciativa de difusión literaria llamada Tiñeblas, otros compromisos laborales y cuestiones correspondientes a la esfera personal.

Entrevista breve a Ana Martínez CastilloEn ese contexto, esta autora de extensa experiencia aceptó responder a distancia el cuestionario que le hicimos llegar desde Poemas del Alma con el objetivo de conocer más sobre ella y sus actividades.

Es interesante resaltar que Ana, quien acumula más de 2.400 seguidores en X, ha incursionado en los ámbitos de la narración, la poesía y la literatura infantil y juvenil. De querer apreciar sus habilidades para la escritura se pueden tener en cuenta títulos como “De lo terrible”, “Ofrendas”, “Reliquias”, “La danza de la vieja” y “Cómo cocinar princesas”, entre muchos otros.

Desde tu rol de coordinadora, ¿qué expectativas tienes respecto a la edición 2025 del Ciclo Inusual de Literatura Insólita de Albacete?
– Las dos anteriores ediciones de Inusual fueron un éxito. Ponentes de altura y bastante afluencia de público. Estamos empeñados en convertir Albacete en el Nueva York de lo inquietante y las perspectivas son buenas.
¿Cuáles son tus necesidades, búsquedas y hallazgos en materia de creación literaria?
– Como autora de narrativa insólita tengo la necesidad de buscar los caminos para innovar en el género. Ahora transito la ruralidad insólita (agrohorror) y juego con el lirismo para poetizar lo terrible.
¿Qué dificultades debieron afrontar con David Roas durante la preparación de «Agrohorror. Cuentos de lo insólito rural»? ¿A qué estrategias o recursos apelaron para sortear o superar los obstáculos?
– Formar la antología fue bastante fácil, Roas y yo partimos de la misma concepción literaria. Eso sí, tuvimos que perfilar las bases teóricas de qué es el agrohorror y sus diferencias respecto al folk horror para que cale en el público y se empiece a utilizar el término.
¿De qué modo trabajaste, a qué le diste prioridad, al elaborar el contenido de «Cómo cocinar princesas»?
– Tanto la ilustradora, Laura Liz, como yo queríamos construir un álbum para niños que desbancara los tópicos, que tuviera humor oscuro y que tratara al público infantil como lo que es: inteligente.
¿Con qué escritor/a de otros tiempos te hubiese interesado mantener una charla? ¿Motivos?
– Hubiera querido tomarme unos vinos con Ray Bradbury y poder darle las gracias por ser mi inspiración, el espejo en el que me miré durante mucho tiempo. Decirle que siempre he soñado con ser como él.



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