El editor y escritor Antonio López Ortega, además de cautivar con frecuencia el interés de muchos lectores a través de las columnas de su autoría que aparecen en el periódico “El Nacional” de Venezuela, enriquece al mundo de las letras con libros. Y en el tiempo que le queda libre, utiliza recursos como Twitter para dar a conocer sus logros y actividades profesionales, así como también para difundir noticias vinculadas a la literatura.
Más de 1.100 seguidores acumula el venezolano López Ortega en esta red social que nos ha permitido, en no más de 140 caracteres por mensaje, tener la valiosa participación de este autor que, días atrás, fue noticia en Poemas del Alma porque fue el escritor elegido por el Gobierno de Canarias para dar inicio a la Biblioteca Atlántica. Antes, su nombre había aparecido entre los intelectuales presentes en la edición número siete del Festival de la Lectura Chacao.
Las musas, la autocensura y la realidad literaria en su país son algunos de los ejes de esta tuittrevista que, por la calidad de las respuestas, resulta interesante, enriquecedora y una gran motivación para querer descubrir toda la producción de Antonio López Ortega, responsable de títulos como “La sombra inmóvil”, “Río de sangre”, «Lunar» y “Fractura y otros relatos”.
– ¿Qué te atrae de la literatura como para querer dedicarte a ella?
– Lejos de atraer, la literatura es un centro, generalmente medular.
– ¿Cómo encuentras la actualidad literaria en Venezuela?
– Aunque suene redundante, el peso de la literatura venezolana de hoy lo llevan sus autores. Lo demás no cuenta.
– ¿Qué crees que le aporta tu producción a Canarias, para que allí decidieran iniciar contigo la Biblioteca Atlántica?
– El referente canario es uno de mis linajes, pero no el único.
– ¿Cuáles son las temáticas/cuestiones que más te inspiran a la hora de escribir? ¿Razones?
– Me mueve a escribir la idea de que pueden haber signos o señales de vida que, de no anotarse, desaparecerían de la memoria.
– Tiempo atrás escribiste sobre la autocensura: ¿Has tenido que apelar alguna vez a esa práctica? ¿Por qué?
– He escrito sobre la amenaza de la autocensura; afortunadamente sin ejercerla.
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