Begoña Oro, respuestas en 280 caracteres

La primera tuittrevista de 2019 tiene como protagonista a Begoña Oro Pradera, una mujer nacida en Zaragoza que cursó estudios de Derecho, se especializó en Literatura y hoy en día es una autora admirada por lectores de diferentes generaciones.

La también consultora editorial y traductora lleva muchos años enriqueciendo al mundo de las letras con relatos destinados a niños, jóvenes y adultos. En la cuenta regresiva para la finalización de 2018, Begoña tuvo visibilidad en Poemas del Alma junto a Paloma Corral porque ambas recibieron el Premio Lazarillo de la categoría Álbum Ilustrado por “Un fuego rojo”.

De querer disfrutar y/o recomendar la producción literaria de esta escritora con actividad frecuente en Twitter y un actualizado e interesante sitio web, hay que considerar propuestas como “¡Buenas noches, Miami!”, “Pomelo y Limón”, “Tú tan cáncer y yo tan virgo”, “Las sonrisas perdidas” o “Cómo consolar a una ardilla”.

– A través de tu producción ofreces “Cuentos con amor para un mundo mejor”: ¿cómo nacen estas historias que apelan a tener un poder transformador para dejar huellas positivas en grandes y chicos?
– Nacen del amor, claro. Dicen que hay gente que escribe para que le quieran. Yo escribo para querer, y quiero especialmente a los más pequeños (no tiene mérito; es más fácil).
– Al firmar ejemplares, ¿te inspiras en el momento para que cada mensaje sea personalizado o recurres a conceptos predeterminados vinculados a la experiencia lectora?
– El género que peor se me da es la dedicatoria. Es cuando más lejos me siento de poder expresar lo que quiero: una enorme gratitud al lector. Por desgracia, a menudo recurro al comodín o a la desesperación; escasísimas veces, a la inspiración. ¡Y ya me da coraje!
– ¿A qué le das prioridad al iniciar un relato? ¿A la trama, a los personajes, a una temática? ¿Razones?
– A la voz, al tono. Lo primero que hago es una prueba de voz. No puedo arrancar a escribir hasta que compruebo que el tono funciona y oigo con claridad la voz en mi cabeza.
– Captar la atención desde un libro es un auténtico reto. ¿Cómo te las ingenias para cautivar a los más pequeños y hacer que dejen volar su imaginación?
– A menudo tengo la sensación de que el mérito es suyo. Son ellos quienes ponen tanto de su parte en las historias, en los personajes… Yo hago poco más que respetarlos, quererlos y hacerles cosquillas.
– Tras haberte animado a escribir para públicos de todas las edades, ¿cuál es tu cuenta pendiente o desafío por cumplir como escritora?
– Nada escrito me es ajeno. Hasta guiones de videojuegos querría escribir. Cualquier cosa… menos dedicatorias.