Paco Bescós, respuestas en 280 caracteres

El publicista y escritor español Francisco Bescós consiguió protagonismo en Poemas del Alma cuando ganó la edición número seis del Premio Pata Negra. Ahora, su participación en las tuittrevistas de este portal genera una nueva oportunidad para saber sobre él y su producción literaria.

Si después de leer esta nota o disfrutar sus libros alguien desea contactar a este autor, Twitter puede ser una vía interesante para el intercambio de mensajes. Allí, este hombre nacido en Oviedo en 1979 está a punto de alcanzar los 600 seguidores, teniendo como receptores de sus tuits a colegas suyos como Rafa Melero, Tatiana Goransky y Alexis Ravelo.

“El baile de los penitentes” que le permitió ganar el VIII Premio Internacional de Novela Negra Ciudad de Carmona, “El costado derecho” y “El porqué del color rojo”, en tanto, son propuestas que hay que apreciar si la idea es descubrir las habilidades narrativas de Francisco “Paco” Bescós.

– El humor como fuente de inspiración, ¿tiene, para ti, límites o vale todo en función de entretener?
– El humor implica un pacto de lectura que posee sus propias normas; los límites del humor son los de ese pacto de lectura. Hay lectores incapaces de comprenderlo: o se ofenden o sobrepasan el pacto. Lo único que un autor puede hacer con ellos es ignorarlos.
– De todas tus obras, ¿cuál es la más especial para ti? ¿Motivos?
– Tengo cariño a las tres novelas que he publicado. La primera me enseñó que era capaz de hacerlo bien. La segunda me enseñó que era capaz de divertirme haciéndolo bien. La tercera me ha enseñado que soy capaz de hacerlo bien con todas las circunstancias en contra.
– ¿Qué libro leído en tu infancia desearías que disfrutaran tus hijos? ¿Razones?
– La serie de “El pequeño Nicolás”. Porque me hacía reír. Quiero que ellos rían también. Era un humor que provenía, no de lo que pasaba, sino del delicioso uso del lenguaje al narrar lo que pasaba. Una maravilla.
– Dedicarse a la creación literaria, en tu caso, ¿por qué y para qué?
– No hay un solo motivo. Alimentar la vanidad. Sentir más respeto por uno mismo. Apaciguar la adicción que genera el acto de escribir, esa especie de arrebato. Evadirse y divertirse. Dotar de sentido tu propio mundo. Y, por supuesto, ganar un millón de dólares, jajaja… No.
– Después de ganar un premio, ¿cómo buscas superarte para seguir satisfaciendo las expectativas de jurados y lectores?
– Los premios son un regalo envenenado. Yo nunca creo merecerlos, de manera que cada premio me pone en la obligación de demostrar, a posteriori, que estaba a la altura de ganarlo. Así que, en mi caso, el premio no es final sino el principio de algo.