La provincia de Zamora, más específicamente la localidad de Manzanal del Barco, vio nacer en 1956 a Braulio Llamero, un hombre que se licenció en Ciencias de la Información y decidió sumar experiencia tanto en el Periodismo como en la Literatura.
“La rebelión de los duendes alegres”, “El fantasma Pupas y otros cuentos”, “El beso del tiempo”, “Los nonovios de Olivia”, “Ángeles de manzana” y “Cuentos de miedo para reír” son parte de la producción literaria de este autor que, años atrás, aportó contenido a “¿Qué te apetece leer? Cuentos, relatos, poesías”, una antología a beneficio de la Asociación Española Contra el Cáncer.
El tío de la también escritora Maribel Llamero, quien contestó una tuittrevista de Poemas del Alma semanas atrás, crea libros que cautivan a lectores de diversas edades. Si después de disfrutar sus historias y/o de llegar al final de esta nota descubriendo sus respuestas, desean ponerse en contacto con él, tengan en cuenta que utiliza Twitter (red social donde supera los 2.400 seguidores) y que tiene un sitio web muy interesante a la hora de querer conocer más sobre su formación y trayectoria.
– Teniendo experiencia como periodista y autor de ficciones, ¿es más complejo narrar la realidad o contar historias nacidas de la imaginación? ¿Razones?
– Ya se sabe: la realidad supera a la ficción. Yo estoy más cómodo en ésta y siempre me pareció el refugio perfecto para refrescarme y respirar tras demasiada dosis de realidad. Narrar la realidad siempre lo entendí más complejo. Es engañosa y cuesta desvelar todas sus capas.
– ¿Cuál es el mayor desafío que ha enfrentado como creador de literatura infantil y con qué herramientas o estrategias intentó superarlo?
– En literatura infantil el mayor desafío consiste en conjugar la máxima calidad literaria posible con el hecho de que es preceptivo el uso de poco vocabulario, frases sencillas y claridad expresiva. Y no hay más herramientas que las contenidas en un diccionario y una gramática.
– ¿Cómo imagina que sería su vida sin un material literario por escribir o disfrutar?
– Muy gris. He escrito y he querido escribir siempre, desde que era pequeño. Me resulta difícil imaginar mi vida sin libros, sin historias hechas con palabras. De joven, soñé con ser director de cine y descubrí pronto que lo único que se me daba bien era la parte del guión.
– ¿Qué se esconde detrás de un libro suyo terminado?
– Incluso en libros complejos, trato de que no quede nada escondido. Al contrario, intento que sean trasparentes y se muestren por completo. Los niños detestan la oscuridad. Lo único que escondo, si acaso, es el esfuerzo que lleva a la transparencia textual de mis historias.
– ¿Cómo vive el crecimiento como escritora de su sobrina Maribel Andrés Llamero? ¿La aconseja o prefiere no interferir en su camino literario?
– Lo vivo con enorme satisfacción y siempre admirado de la solidez de sus pasos. Ni se me ocurre darle consejos, porque cultivamos géneros distintos y sobre todo porque está mucho mejor formada académicamente que yo y me da cien vueltas. Me basta con ser su lector.
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