El arquitecto y escritor costarricense Diego van der Laat, quien a comienzos de 2016 tuvo una mención en Poemas del Alma por haber ganado el Premio Nacional de Literatura Aquileo J. Echeverría de Cuento, llegó a Twitter en abril de 2010 pero no se entusiasmó demasiado con esta red social.
Por eso, el responsable de títulos como “Reparticiones” y “11 textos temporales” tiene hasta el momento poco más de 130 mensajes publicados y sigue solamente a setenta usuarios. Aún así, respondió en tiempo y forma mis mensajes y, con gran cordialidad y respeto, aceptó el desafío de apelar a su ingenio para contestar en formato breve el cuestionario que le preparé.
Para alguien que no está acostumbrado a escribir limitado por caracteres esta propuesta supone un gran esfuerzo, pero Van der Laat ha puesto lo mejor de sí mismo para que el resultado sea enriquecedor y así se advierte al analizar la tuittrevista que lo tiene como protagonista: sus respuestas son creativas, descriptivas, informativas y atractivas. No se puede pedir más, así que nada mejor que invitarlos a descubrir todo lo que este talentoso hombre nacido en 1979 tiene para contar y compartir.
– A la hora de escribir, ¿qué cualidades de tu trabajo como arquitecto aprovechas y aplicas?
– Me gusta que los espacios no sean solamente escenarios. Algo tiene que pasarles. Una habitación tiene asma, le falta el aire, parpadea.
– ¿Qué se pierde la gente que aún no descubrió el universo de SanJoséRevés?
– sanjosérevés es la bitácora de nuestro trabajo en diferentes áreas. A veces es una construcción real, otras veces es ficción literaria.
– ¿Qué es lo que más te atrae del mundo de las letras?
– La ficción, tener por un rato una «especie de licencia» para poder mentir abiertamente.
– Según tu criterio, ¿cuáles deben ser los cimientos de un texto que atrape al lector?
– Tiene que haber tensión y velocidad. Si eso hace falta la cuerda queda floja, si hay demasiada la cuerda se revienta.
– ¿Dónde encuentras tus principales fuentes de inspiración para la creación literaria?
– Son ejercicios de aproximación y empatía. La fuente está en todas partes, en la calle, la gente, las noticias, en los zapatos del otro.
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