El talento está de su lado

Osvaldo González RealEs para quien escribe estas líneas, un honor entrevistar a Osvaldo González Real. En esta página, rindo mi más emocionada admiración a un maestro «sui géneris» de la crítica literaria. En varias ocasiones he tenido la oportunidad de charlar con el escritor, poeta y crítico literario, Osvaldo González Real, y he podido comprobar que es portador de una mente iluminada.

Sus reflexiones y sus conocimientos puntuales sobre la literatura, el arte, la política, la filosofía, la metafísica, la religión, las ciencias, la música, la naturaleza, las expresiones culturales de diferentes pueblos del planeta me han convencido de que es un erudito. En efecto, sus aptitudes intelectuales evidencian su originilidad, ya en los alegatos, en las conferencias, en los prólogos de los libros y antologías nacionales, en las tertulias, en las cátedras, en los estudios críticos sobre las obras de los maestros de la literatura. Su humildad es la ley por la que se rige su persona. Tiene memoria visual. Retiene todo cuanto lee y oye. Sean pues esta página dedicada a él y mi respeto hacia su personalidad un testimonio que encuentre eco en los lectores para que ellos estudien detenidamente su obra en colegios y universidades.

-¿Qué función cumple la crítica en nuestro país?

-La crítica -bien entendida- es necesaria dentro de una sociedad acostumbrada al elogio indiscriminado y a la falta de criterios estéticos para juzgar objetivamente la obra ajena. La crítica formal debe, además, estar fundada en parámetros de excelencia, originalidad y creatividad. De más está decir que los medios de comunicación no destinan rubros para pagar dicha actividad en páginas o espacios reservados para esta modalidad. Las más de las veces son colaboraciones gratuitas de escritores interesados en reseñar libros u otras obras relacionadas con la plástica, la música, el cine o el teatro. El público necesita tener una idea de la calidad de las obras que se presentan en el mercado cultural, para no consumir banalidades -como los best-seller- que son promocionadas a tambor batiente, por razones crematísticas.

-¿A qué se debe que tus cuentos se relacionen, fundamentalmente, con la preocupación ecológica? Se dice que eres un precursor en la materia.

-En realidad, en 1907, Rafael Barret ya escribió un cuento relacionado con un ser de 16 centímetros de altura, llamado Alberico, que hablaba una lengua desconocida y pertenecía a una raza interplanetaria cuya cuna había sido la Tierra. Así que, como ves, existen ilustres antecesores.

En mi obra me preocupo del futuro de la humanidad y de la posibilidad de su próxima extinción a causa de la polución ambiental, de la depredación de los bosques y del peligro nuclear. La historia reciente nos hace pensar que si no se produce un cambio radical, en cuanto a los daños infligidos a la naturaleza, estamos condenados a la desaparición, en un final apocalíptico. En Otra vez Adán, relato que tiene su paralelo con la película Avatar, me refiero, especialmente, a la tala indiscriminada de árboles en esta zona del globo (el bosque Atlántico, la Amazonía, el Chaco), lo cual llevará a la destrucción del hábitat a causa de la desertificación, y la suba de la temperatura global. El cuento se sitúa en el Chaco (en un futuro no muy lejano) y se trata de la expedición que viene para cortar el «último árbol» existente en la tierra.

-Tu poesía, ¿en qué estilo se inscribe en relación con lo que se produce en nuestro medio?

-En mi primer poemario Memoria del Exilio (1984), escribí versos que me fueron inspirados por diversas lecturas: la cábala (y mi visita a las antiguas sinagogas de Safed), los mitos y cosmogonías indígenas (en las traducciones de Kurt Unkel), el libro profético maya de Chilam Balam (el sacerdote jaguar) y la poesía japonesa influida por el zen. Mi estadía en México -durante un año- me llevó a comprender el valor de las altas culturas mesoamericanas y a la valoración de la poesía precolombina (como la de Netzahualcoyotl). Las teorías estéticas de poetas de lengua inglesa como T. S. Eliot y Ezra Pound (estudiados en cursos universitarios de EE.UU.), influyeron en mi manera de integrar, poéticamente, los hechos banales de la tierra yerma en la que vivimos, y me impulsaron a traducir sus poemas al español. Seguí el modelo del gran poeta nicaragüense Ernesto Cardenal en cuanto a la manera de introducir esta tendencia dentro de la poesía latinoamericana. Mi estadía en Japón fue muy fructífera. Mientras estudiaba Cultura Japonesa en la Universidad Sofía de Tokio me inspiré en los antiguos poemas haiku y en el Sutra del Loto, del zen, para escribir los versos que aparecieron, en Poemasutra (2008) dedicados al maestro Yamada Koun, a quien conocí personalmente en Kamakura. El tema se refiere al Satori o Iluminación que trae la suprema sabiduría.

Mi pasantía por el instituto Goethe de Múnich me facilitó el conocimiento de la cultura alemana, en especial la poesía de Hölderlin y de Goethe (cuyos poemas orientales me fascinaron).

-¿Qué lugar ocupa la literatura en tu existencia?

-La literatura es mi razón de ser. Aparte de la enseñanza y la asesoría cultural, me dedico -casi exclusivamente- a la crítica de arte y a la lectura. No dejo de reflexionar sobre la obra de autores nacionales, escribiendo prólogos y reseñas de obras de poesía y narrativa recientes. Estoy preparando una Historia -sucinta-, de la Literatura Paraguaya a publicarse próximamente. Han aparecido nuevos escritores -algunos muy jóvenes- cuya obra merece ser comentada y promocionada.

-¿Qué escritores has estado leyendo últimamente?

-Como siempre, releo los clásicos (Homero, Dante, Shakespeare); en cuanto a los modernos, además de Irene Nemirovsky, Clarise Lispector, Bolaño, etc., me dedico a Borges, Rulfo, Cortázar, Isidoro Blaisten, Roa Bastos, Rafael Barret, y sigue la lista.

Comentarios2

  • Lena

    Fué muy afortunada amiga Delfina, además de un honor -como dice- agrega a su haber la grata experiencia de conversar con el excelente intelectual, ya que pocas veces se tiene la suerte de entrevistar a un erudito de su altura.
    Gracias Delfina por hacernos llegar su interesante y valioso tema
    Saludos
    Lena

    • Delfina Acosta

      Te agradezco. El maestro Osvaldo González Real es verdaderamente un erudito. Y charlar con él equivale a aprender cosas con gusto, con humor.
      Te mando un abrazo, Lena

    • isapoema

      Me reconforta saber que alguien como Osvaldo Gonzalez esté tan implicado en la conservación de la naturaleza, que todavía queden autores que de verdad se implican en la actualidad.
      Y que le lea los clásicos, para mi son mil puntos.
      Un saludo.



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