Emilio Gancedo, respuestas en 280 caracteres

A comienzos del 2020, Tes Nehuén publicó en Poemas del Alma un artículo focalizado en “La brigada 22”. Ahora en este portal llegó el momento de darle voz a Emilio Gancedo, el creador de esa interesante opción de lectura.

Emilio GancedoCabe destacar que este autor y periodista que coordina el Instituto Leonés de Cultura también volcó su habilidad para la escritura en “Palabras mayores. Un viaje por la memoria rural”, obra a la cual aludió al responder gentilmente el cuestionario breve de este sitio.

Si desean conectarse por redes sociales con este escritor que recientemente participó en el Festival Internacional de Literatura en español de Castilla y León además de haber ofrecido una conferencia enmarcada en las actividades de verano de la Cátedra de Estudios Leoneses, tienen la posibilidad de seguirlo vía Twitter, encontrándolo como @gancedo_emilio.

Desde tu punto de vista, ¿la tradición oral está en peligro de extinción? ¿Qué recursos contribuyen a preservarla?
– Casi como la energía, la tradición oral no se destruye: se transforma. Pero lo que sí puede perderse es la oralidad que vincula al ayer. Y como solo comprendemos por oposición, la única forma de entender lo que somos es saber lo que fuimos. ¿Recursos? Investigación y divulgación.
¿Cuál es el desafío más ambicioso que asumes al coordinar el Instituto Leonés de Cultura y cómo trabajas para cumplir esa meta?
– El de armonizar la cultura propia de León con la cultura universal, hacer ver que ambas, juntas, resultan esenciales para que nuestras gentes sean más felices, más conscientes y más libres. Y las herramientas que tengo a mano son el tesón y el amor a esta vieja y olvidada tierra.
¿A manos de quién te gustaría que llegue un ejemplar de “La brigada 22”? ¿Razones?
– A cualquiera que piense que lo sabe todo sobre la guerra civil. Y a cualquiera que le atraiga la idea de asimilar, de superar del todo, aquel conflicto sanguinario y desmesurado cuya mala digestión aún nos alcanza. Unos y otros, quizá, encontrarán cosas aprovechables.
¿Cuál y cómo ha sido la experiencia más emocionante que atravesaste al elaborar “Palabras mayores. Un viaje por la memoria rural”?
– Hubo muchas. Pero las mejores están resumidas en esas frases lapidarias de los entrevistados, que por cierto no se alejan nada de la concisión de un tuit. “Valen más estos ratos que todos los intereses del mundo”. O “mis padres no me dieron estudios, pero sí me dieron educación”.
¿Qué le enseña tu “yo periodista” a tu versión como escritor y viceversa?
– El primero le dice al segundo: “Recuerda que todo lo que no suma, resta”. Y el segundo le dice al primero: “Sin emoción, venga de donde venga, no hay texto”. Se pelean a veces pero casi siempre terminan poniéndose de acuerdo. En el fondo son buenos chicos.



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