Mientras aguarda con emoción y grandes expectativas la publicación de «Fosfenos», poemario al cual describe como «revelador», «contundente» y «místico», Enrique Villagrasa ha aceptado con entusiasmo el desafío planteado a distancia por Poemas del Alma.
Así, pues, este periodista y poeta que acumula más de 1.800 seguidores en la red social X repasó parte de su trayectoria y dejó al descubierto su conexión con la poesía a través de respuestas que, tal como indica la consigna de las tuittrevistas, poseen una extensión máxima de 280 caracteres.
Resulta interesante posar la atención en la figura de este autor que se puso al frente de la dirección de “Rayo azul”, una colección que hasta hace poco tiempo lo unió en materia profesional al recientemente fallecido Óscar Ayala. Al investigar en profundidad los pasos que lleva dados en el mundo de las letras se advierte que, a medida que alimentó su producción con títulos como “Arpegios y mudanzas”, “Límite infinito” y “La poesía sabe esperar”, a Enrique le han ido llegando recompensas como la edición 2022 del Galardón Especial Casa Bukowski Internacional Crítica Literaria y el III Premio Internacional de Poesía León Felipe.
– “La poesía sabe esperar” se titula una de tus obras… ¿Qué espera la poesía, de acuerdo tu opinión, tanto de los lectores como de los poetas?
– La poesía quiere y crea complicidades lúdicas, pues es ahí donde anida lo lúcido, tanto de las personas lectoras como de las y los poetas. Espera inteligencia creadora y lectora, acompañada de emoción. Siempre está buscando el pensamiento que siente y el sentimiento que piensa.
– Desde tu punto de vista, ¿cómo es, qué características posee, la esencia del género poético?
– Tiene que ser un regalo para el cerebro lector: un grato latigazo: oxímoron. La lectura del texto poético debe embriagar, conmover, asombrar, sorprender, interpelar, crear perplejidad, hacer pensar y gozar. Todo dentro de lo que es lo poético: palabra sometida a ritmo: métrica.
– ¿Qué sentimientos y reacciones experimentaste a medida que ibas preparando el contenido de «Arpegios y mudanzas»?
– Cuando terminé la selección de esta antología me di cuenta de que si la tuviese que volver a preparar no sería la misma. Pero, es mi lectura de mi obra me dije y cerré el archivo. Los sentimientos que se generan son contradictorios, sobre todo temor y temblor: 40 años de poesía.
– ¿Cuáles son los criterios o las cuestiones que priorizas para ir enriqueciendo la colección “Rayo azul” que te tiene como uno de sus responsables?
– La colección tiene que ser de fondo, a pesar de la actualidad y el mercado. La obra debe ser excelente, según el criterio unánime del comité lector. Cualquier persona lectora que quiera leer poesía debe poder encontrar en Rayo azul su libro. No importa el autor si la enjundia.
– ¿Cómo imaginas que sería tu vida sin un libro por leer o por crear?
– No la puedo imaginar. Soy lector desde siempre, que yo recuerde, y de la lectura he hecho mi profesión: me defino como lector de poesía. De hecho, cada vez escribo menos poemas y me dedico más a escribir de lo bien que lo hacen las y los poetas que leo, para salud de los demás.
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