Entrevista a un poeta: Hjalmar Flax

Hemos tenido la oportunidad de entrevistar al poeta Hjalmar Flax. Creemos que a muchos de ustedes les interesará por la trayectoria de este poeta, una que muchos desean emular.

Antes de comenzar, aprendamos un poco de este autor con la siguiente biografía:

Hjalmar Flax nació en Puerto Rico (1942), donde reside. Ha realizado estudios de literatura en las universidades de Pennsylvania y Puerto Rico. Es juris doctor por esta última (1969) y ejerció la abogacía desde 1970 hasta 1998. Además es piloto de pequeñas embarcaciones y avionetas. Ha sido crítico de cine. Es autor de ocho poemarios publicados: 44 Poemas (1969); Los pequeños laberintos (1978 y 2003); Tiempo adverso (1982); Confines peligrosos (1987); Razones de envergadura (1995); Cuestión de oficio (1998); Poemas de la Bestia (1999); Abrazos partidos y otros poemas (2003), Primer Premio Instituto de Literatura Puertorriqueña 2003 categoría de creación literaria, y Primer Premio PEN Club de Puerto Rico 2003 categoría de poesía. En múltiples antologías y revistas se han publicado selecciones de su poesía. Ha sido traducido al inglés y al rumano.

A continuación, presentamos las preguntas que seleccionamos con las respectivas respuestas de Hjalmar:

Poemas del Alma: Antes de comenzar con las preguntas más apuntadas a su labor poética, le debo comentar que me ha llamado la atención que sea, además de poeta, abogado. Sin duda ya le habrán preguntado sobre esto dado que son dos labores muy distintas, o al menos así lo parecen. ¿Cómo es que acabó actuando en estas dos profesiones?

Hjalmar: Nunca advertí conflicto entre ejercer la abogacía y escribir poesía. La abogacía era meramente la manera de ganarme la vida, obtener dinero para las necesidades cotidianas, siempre he vivido modestamente. La poesía es mi manera de ejercer la vida, siempre ha sido lo que más me importaba. Por otra parte, ejercer la abogacía es fácil; lo difícil es hacer poesía.

Poemas del alma: Ahora sí ya profundizándonos en su poesía, ¿Cuál es su inspiración a la hora de escribir? ¿Se encuentra «bloqueado» en algún momento?

Hjalmar: Nunca he entendido claramente lo que se quiere decir con «inspiración», y me parece un término que emplean las personas que no son artistas; es demasiado impreciso y hay que definirlo. Digamos «motivación» en lugar de «inspiración» y le puedo decir que gran parte de lo que motiva es el lenguaje mismo. Desde niño he estado fascinado con el lenguaje; para mí las palabras significan mucho más de lo dice el diccionario; también es igualmente importante lo que evocan, no sólo con su significado, sino con su sonido. Otra cosa que me motiva es mi realidad y a través de la poesía trato de entender las cosas importantes en mi vida.

Eso de estar «bloqueado» es algo que no entiendo bien. Me parece un término más aplicable a la plomería donde es posible llamar a un plomero para que destape la tubería. Me parece un término muy norteamericano donde se le da importancia exagerada a «producir»; quizás venga de la mentalidad protestante el «work ethic». Entiendo que hay escritores que tienen que entregar papeles escritos para cobrar dinero, pero afortunadamente no tengo que hacerlo. Lo hacía al ejercer la profesión de abogacía. Pero en cuanto a poesía, mas bien, creo en el «ocio creador», el inconsciente trabaja sin que uno se dé cuenta, por eso es «inconsciente». He estado meses sin escribir un verso y eso no me causa ansiedad. Como también me he tardado años en terminar un poema.

Poemas del Alma: El poeta Julio Marzán ha dicho de su obra: «De los poemas de Flax emana la música que se oiría en las oficinas, los tapones, las máquinas, los balcones y las paradas de guaguas, si se apagaran los motores de los automóviles, se bajara el volumen del tocacintas portátil y se escuchara bien. Es una poesía urbana, escrita a la sombra de un edificio, sobre la mesa de un café. No es el estereotipo ni de poesía «caribeña» ni de poesía «popular» aunque contiene elementos caribeños y populares. Con sobriedad, con un sentido de ironía sutil y tajante, hasta quirúrgico, comparte sus pérdidas personales, de amores, de su madre, temas que para otros poetas serían motivos para lirismos y escapismos retóricos.». ¿Cómo definiría usted su poesía? ¿Está Marzán en lo correcto?

Hjalmar: Me parece que Julio ha hecho una definición tan buena o mejor de la que yo podría hacer.

Poemas del Alma: Muchas de las personas que nos leen, son poetas que tienen como sueño publicar un libro algún día con sus poesías. Habiendo publicado usted 8 poemarios, ¿Cuál es su consejo?

Hjalmar: No tener prisa por publicar. Escribo poemas desde los doce años; publiqué mi primer libro a los 27. Escogí 44 poemas de todo lo que hasta entonces había escrito (aproximadamente 400 páginas), y me equivoqué en dos de ellos. Es decir, de ese libro, 44 poemas, todavía me gustan 42 poemas. La razón por la cual me equivoqué es que me apresuré a incluirlos, eran demasiado recientes y no habían tenido el beneficio de una larga temporada en el olvido de la gaveta. No publico ningún poema que no haya pasado por lo menos seis meses en la gaveta. Hay un dicho que aplica a lo que vengo de decirle: «Nadie encuentra sus hijos feos ni le apestan sus propios peos.»
Hay que estar bastante seguro de lo que se publica y para eso es imprescindible no soñar ni apresurarse. Es importante escoger buenos lectores de la poesía que uno escribe. Digo buenos en dos sentidos: en primer lugar que sepan de poesía y hayan leído bastante y diversa poesía, y en segundo lugar, que estén dispuestos a expresarse con sinceridad, sin dorar la píldora. Un poeta que no tenga el estómago para digerir crítica adversa está en gran desventaja.

Poemas del Alma: Ha ganado 2 premios muy importantes de poesía. En muchos nos queda la duda de si se elige bien al ganador en los concursos poéticos ya que es algo muy subjetivo verdaderamente. ¿Siente que esos poemas que lo consagraron ganador fueron sus mejores poemas? ¿O en algún otro concurso en que ha participado presentó poemas mejores que no ganaron finalmente? ¿Qué tan subjetiva es la elección de un poema entre otros cientos?

Hjalmar: He obtenido dos primeros premios, uno del Instituto de Literatura Puertorriqueña, ILP, (también llamado Premio Nacional de Literatura), y otro del Pen Club de Puerto Rico. Ambas instituciones premiaron el mismo libro Abrazos partidos y otros poemas y por la misma razón: el mejor libro publicado en el 2003. Realmente yo no hice nada pues fue la editorial la que le sometió el libro al ILP y el Pen Club lo escogió sin que nadie se lo sometiera. Me siento incómodo con su adjetivación «muy importantes», pero me doy cuenta que es materia de opinión.

En el 1964 participé en el primer certámen de poesía convocado por la Sociedad de Autores Puertorriqueños. Sometí un poema que eventualmente incluí en mi primer libro, 44 poemas, y me gané la primera mención honorífica. No he participado en ningún otro concurso o certamen, a mi mejor entender.

Siempre hay un alto grado de subjetividad en los concursos de poesía porque el gusto personal de los jueces influye. Pero hay otros aspectos que no son subjetivos y que un poeta o un buen lector de poesía conoce. Le hablo desde la propia experiencia pues he sido juez en dos concursos de poesía.

Poemas del Alma: Su último libro ha sido publicado en 2003. ¿Cuándo podemos esperar más de usted? ¿Está en proceso de escribir un nuevo libro?

Hjalmar: Tengo otro libro que está en la etapa de revisión; ya está practicamente estructurado y no creo que le añada ni le corte poemas. Pero, ¿quién sabe? Espero que salga publicado el año que viene.

Le agradecemos mucho al Sr. poeta Hjalmar Flax su tiempo y amabilidad para con nosotros y nos despedimos con un poema suyo.

POIESIS

Escribe el escritor y al escribir
desde la más profunda soledad
donde se empoza impuro el sedimento
del sueño y la vigilia que es su vida,
a ese rincón de olvidos, a ese sótano
secreto acude, escarba, yace, busca
consigo estar callado en su desorden,
entre sus trastos como un trasto más.
Entonces, quizá entonces, sólo a veces,
alguna oblicua luz que no le llega
de sol ni de bombilla, le relumbra
el papel sobre el cual junta sonidos,
cadencias de palabras, que no caen
desde el distante mundo sino desde
su propia sangre viva hasta su mano,
menguada ya la fuerza originaria,
dejando trazos que parecen versos.

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