El escritor ecuatoriano Ernesto Carrión consiguió quedarse en 2017 con el Premio Casa de las Américas de Novela gracias a “Incendiamos las yeguas en la madrugada”. Meses después, el autor volvió a ser noticia en Poemas del Alma por haber ganado el Premio Literario LIPP La Brasserie en reconocimiento a “El día en que me faltes”.
Hoy, para renovar el interés general por su figura y permitir que cada vez más gente conozca su labor, hay cinco respuestas elaboradas por el propio Carrión y enviadas vía Twitter que permiten saber cómo piensa y trabaja este hombre que apuesta siempre a reinventarse con el objetivo de no repetirse y, por experiencia propia, considera que, a diferencia de la novela, la poesía “no puede planificarse” ya que, simplemente, “sucede” y “siempre tomará camino por donde prefiera”.
Si después de leer esta nota desean mantenerse al tanto de la carrera de Ernesto Carrión, que entre sus desafíos actuales tiene el desarrollo de un guión para seguir ampliando su experiencia creativa, buscar su perfil en las redes sociales para saber qué actividades va realizando o qué libros va presentando, puede ser una gran idea.
– Después de cada premio que llega a tus manos, ¿cómo buscas superarte para mantener en tus textos la calidad y el talento que se te reconoce?
– Un premio es algo azaroso: además de la calidad, depende de la afinidad de los jurados por X tipo de escritura o tema. Ganar o perder pueden significar lo mismo. El error sería creer que hay una fórmula en tu escritura. Prefiero aprender a escribir en cada nuevo libro.
– Al elegir seudónimo para presentarte a un concurso, ¿qué tienes en cuenta?
– Sucede de un modo casi artificial. Después de terminar la obra, antes de enviar a un concurso, el seudónimo aparece solo para enmascarar al autor. En todo caso, he usado nombres de personajes de la historia, la música y hasta de la Biblia.
– ¿Cuál es la obra de tu biblioteca que conservas con más afecto? ¿A qué se debe?
– Hay muchos libros a los que tengo afecto pero elijo dos: “Las aventuras de Tom Sawyer” de Mark Twain y “El cuento del Grial” de Chrétien de Troyes que guardo desde que tenía 10 años. Y los relaciono siempre con el modo en que provocaron en mi una gran afición por la lectura.
– ¿Hacia dónde te lleva la literatura, tanto en tu rol de lector como en el de escritor?
– Lo que escribo me permite liberarme de cuestionamientos, me alivia momentáneamente. En cada libro dejé plasmado un tema en particular que me obsesionó y perturbó de modo íntimo. Como lector me es difícil enfrentarme a mis novelas porque fueron escritas con cierta planificación.
– Muchos galardones respaldan tu labor. Al hacer autocrítica, ¿cómo te ves en tu condición de autor? ¿Con qué fortalezas?
– Escribo por una necesidad, guiado por el afán de entenderme y entender el mundo. Mi deseo transciende al de las palabras como adorno (me refiero al de un lenguaje estructurado). Me interesa el lenguaje, sí, pero en la medida que sirva para despertarnos o para hacernos gritar.
Debes estar registrad@ para poder comentar. Inicia sesión o Regístrate.