A horas de la celebración de una nueva Nochebuena, marco en el cual numerosas familias se reunirán para festejar y el amor, la unión y el deseo de paz se multiplicarán en millones de hogares, elegí compartir en este espacio una entrevista que tiene como protagonista a Gabriela Arias Uriburu, una mujer admirable con una historia dramática y fuerte pero al mismo tiempo reveladora y feliz.
La vida de esta argentina comenzó a cambiar a partir de 1991, año en el cual contrajo matrimonio en Guatemala con un hombre musulmán llamado Imad Shaban. Fruto de ese amor nacieron Karim, Zahira y Sharif, los tres descendientes de la pareja.
En 1997 llegó el divorcio y con él, el inicio de un calvario donde Gabriela transitó todas las emociones, acumuló frustraciones, barajó desde sus pensamientos múltiples posibilidades, enfrentó toda clase de obstáculos y creció, aprendió, maduró, se transformó y logró, finalmente, tocar hasta el corazón más duro para enarbolar la bandera del amor, sin límites de espacio, tiempo ni fronteras. Quiso el destino que ella saliera del anonimato de manera abrupta y cruel, presentada a escala internacional como la mujer que, en una nación que no era la suya, luchaba para recuperar a sus hijos, sacados de manera ilegal por su progenitor y llevados a Jordania.
Gabriela Arias Uriburu, a partir de su desesperante historia personal y por todo lo que ella hizo, estudió, absorbió y generó por y para el bienestar de sus descendientes, se transformó en el mundo en un símbolo de la defensa de los Derechos del Niño.
Hoy esta mujer, alejada ya de los conflictos interculturales, vive un presente luminoso con armonía familiar, respeto y amor. Huellas en el alma y libros que recuerdan quién es y qué experiencia de vida acumula (“¡Ayuda! Quiero a mis hijos”, “Jordania La Travesía”, “Después de todo”…) son testimonio de su pasado pero, a esta altura, se puede afirmar que Arias Uriburu ha logrado mantener el contacto con sus hijos y conservar de alguna manera la idea de familia, visitando, acompañando y conteniendo a sus ya jóvenes herederos.
A continuación, cinco respuestas para conocer mejor tanto su historia como su producción literaria.
– ¿Qué transformaciones sentís que tuviste desde el lanzamiento de “¡Ayuda! Quiero a mis hijos” hasta “Vínculos”?
– Las tragedias vienen para que iniciemos un viaje interno y externo. Y en ese viaje una labor.
– ¿Qué postura tomó tu familia en relación a los libros donde has volcado tu historia?
– Escribí para no morirme; mi familia ha sido incondicional en mi camino.
– Transmitiste a tus hijos la cultura argentina con elementos simbólicos dentro de tu valija. ¿Les llevaste libros? ¿Cuáles?
– Cuentos infantiles.
– ¿A qué clase de lector creés que le atraerá y ayudará más la lectura de “Vínculos”?
– A todos aquellos que necesitan vincularse con los hijos, con la vida, con ellos mismos.
– ¿Cuáles son tus motivaciones para escribir?¿Desahogo, ganas de compartir tu historia, ayudar a otros en una situación similar a la tuya…?
– Desde chica escribo; me sale del alma. Los libros de la historia estan ayudando a muchisimas familias.
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