Isabel Abenia, respuestas en 280 caracteres

Zaragoza es la tierra de origen de Isabel Abenia, una artista que, además de dedicarse a la pintura y a la escritura, se formó en Arte e Historia Medieval y se ha licenciado en Derecho.

Escritora Isabel AbeniaPara descubrir sus habilidades literarias se puede optar por la lectura de “El traductor” o ir más atrás en el tiempo y posar la atención en la trama de “El alquimista holandés”. También “La última Sibila”, “Erik el Godo” y “Agripina” enriquecen su producción.

A continuación hay cinco respuestas breves que, con una excelente disposición y un entusiasmo encantador, elaboró a pedido de Poemas del Alma a fin de expresarse en torno a sus libros. Si les atraen las novelas históricas o desean mantenerse al tanto de sus novedades profesionales, no duden en leer sus obras y contactarla por redes sociales.

¿Por qué, desde tu punto de vista, cada vez hay más interesados en leer y narrar novelas históricas?
– Desde el punto de vista del lector es factible disfrutar con la novela histórica como con cualquier otro género, pero con un añadido único: aprender Historia a la vez. Desde el del escritor, qué puedo decirte, la Historia es mi pasión.
Desde que lanzaste “El alquimista holandés” hasta ahora, ¿qué fuiste aprendiendo, descubriendo, cambiando o, incluso, manteniendo en tu camino como novelista?
– Desde mi primera novela he mantenido el componente fundamental del suspense; sin embargo, he ido aprendiendo cómo mejorar la narrativa y a jugar con el lenguaje. La escritura es como cualquier profesión, la experiencia es un grado.
¿Cómo te ha resultado la etapa de creación de “El traductor”? ¿Quedaste conforme con la versión final?
“El traductor” es una de mis obras favoritas, al escribirla me sentí completamente sumergida en un argumento que considero apasionante y plagado de matices. Su trama, entre dos épocas y con lenguajes distintos, me ha enriquecido como escritora.
¿Cuál fue el germen, el punto de inicio, que impulsó tu deseo, idea o necesidad de elaborar “La última Sibila”?
– Dar visibilidad a una figura tan relevante en la época antigua como eran las sibilas, unas mujeres extraordinarias que ponían voz a las respuestas de los dioses, ya que los oráculos resultaban cruciales en aquella época por ser intermediarios entre la divinidad y los mortales.
¿De qué modo trabajaste, a qué recursos apelaste, para intentar dar lo mejor de ti en “Erik el Godo”?
– No existía ninguna novela sobre el periodo visigodo en Zaragoza y la documentación fue muy complicada; también trabajé mucho la trama, además, uno de sus personajes resultó tan magnífico que lo he vuelto a utilizar en “El traductor”.



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