En la cuenta regresiva para su Residencia de Otoño en la Universidad de Iowa que se enmarca en el International Writing Program, la escritora venezolana Jacqueline Goldberg reservó parte de su tiempo para completar el cuestionario breve de Poemas del Alma.
Cada uno, en función de sus intereses y pensamientos, podrá disfrutar más o menos así como coincidir o no con sus respuestas, pero seguramente nadie resultará indiferente a las reflexiones de esta talentosa autora que, en 2012, obtuvo el Premio Transgenérico gracias a una propuesta titulada “Las horas claras” que también la hizo merecedora de la Medalla Internacional de Narrativa Lucila Palacios y el Premio Libro del Año concedido por los Libreros Venezolanos.
Si al llegar al final de esta nota desean conocer más en profundidad a Jacqueline, en Poemas del Alma tienen a disposición datos vinculados a su vida y varios textos creados por ella.
Asimismo, es posible contactarla por Twitter (red social en la cual ha superado los 10.700 seguidores), estar al tanto de las actualizaciones de sus blogs y darle una oportunidad a sus obras más recientes: “Las bellas catástrofes” y “El cuarto de los temblores”.
– Con cada obra literaria que inicias, ¿qué te propones?
– El comienzo de un libro es bíblico: desordenado y vacío. Nada me propongo. Nunca sé exactamente hacia dónde voy, qué terminará diciendo cada libro, cuál será incluso su género. De la tiniebla inicial surge el tono, la voz del texto y solo entonces una propuesta.
– ¿Cómo encuentras la realidad venezolana a nivel literario?
– Bifrontal. Por un lado, la producción escritural es hoy vigorosa. Por otro, los canales de circulación del libro padecen la crisis del país: altos costos de impresión y venta, librerías cerrando. El escritor continúa haciendo lo que le corresponde, aún en medio del desastre.
– A la hora de la creación poética, ¿cuáles son tus fuentes de inspiración y los recursos que pones al servicio del texto?
– No creo en la inspiración. Acopio temas y atmósferas en todo lo que veo, leo, escucho e intuyo. Creo también en la investigación que lleva a la esencia de temas que desconozco. Todo conduce al poema. Se trata de estar alerta y ejercitar las emociones.
– ¿Qué te genera el hecho de participar en la Residencia de Otoño del International Writing Program que impulsa la Universidad de Iowa?
– La humildad de agradecer que tendré un tiempo y un espacio para una escritura sosegada, más pensada, más acotada.
– Jugando con uno de tus títulos: ¿“Qué ves cuando te ven” a través de tus libros?
– No sé qué ve el otro. Nunca es a la misma que veo yo. Ni lectores ni yo somos los mismos todos los días. Y hay días ciegos y días ocelados. Siempre es maravilloso lo que el lector ve más allá de las palabras, cuando ve lo que yo jamás ví escribiendo.
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