Javier Vela: «La literatura y el arte son medios para ilustrar e interpretar el mundo en que vivimos»

Entrevista a Javier Vela (Segunda Parte)Releo sus respuestas y noto el carácter de sus palabras, que parecen escogidas con lentitud y que apuntan a la brevedad y la exactitud. Podemos ver en ellas al autor de Hotel Origen, que ha sido galardonado el año pasado con uno de los más bellos premios de poesía en España (el Emilio Prados del Centro Cultural Generación del 27).

Javier Vela nos ha regalado una obra que se caracteriza por ser un conjunto de profundas reflexiones y sentencias en torno al amor y a la existencia. La semana pasada publicamos la primera parte de nuestra charla en la que nos habló de sus primeros contactos con la literatura. En esta segunda parte, Vela comparte con nosotros el origen y el objetivo de la búsqueda poética que ha perseguido con este libro.


P—“Lo único que me fascina es el amor y el dolor”. Son palabras de Carlos Edmundo de Ory. ¿Podríamos decir que en “Hotel Origen” también estos dos elementos (amor y dolor) representan el núcleo del que parten todos los poemas?

R—Más bien lo enmarcaría en cierto adagio latino: «Odio y amo», dejó escrito Catulo en tiempos de Julio César. A mi juicio, Hotel Origen rezuma, en dosis similares, algo de ambas pulsiones.



P—“En la ciudad gastada por el uso / el tiempo es un espejo de distancias”, dices. Y hay a lo largo de todo el libro un constante viaje hacia el pasado desde el presente, tomando como punto de referencia el amor. ¿Somos lo que hemos sabido amar a lo largo de nuestra vida?

R—Somos el resultado de nuestro errores pero sobre todo de nuestros deseos, anhelos y expectativas. Quiero creer que el carácter, en continuo proceso de transformación, preconfigura de alguna forma el destino.


P—Si bien este es un libro que reflexiona en torno al amor y a cómo este tipo de experiencias nos modifican, hay también un riguroso esfuerzo por encontrar las palabras exactas o el silencio que ellas nos devuelven: “Qué nos dirán, al fondo, / las palabras”, dices. Parece como si hubieras compuesto los poemas partiendo de la molécula (la palabra) y yendo a la expresión máxima de ellas (la idea). Cuéntame acerca de la creación de este libro. ¿Cómo fue gestándose y qué desafíos representó a nivel técnico y emocional?

R—Bueno, no deja de ser difícil aventurarse en una lectura tan «aprehensiva» del libro. Se trata, no obstante, de mi texto más intimista, en un intento de condensar, en el enclave físico y simbólico del primer encuentro, todo cuanto uno asocia a la experiencia erótico-amorosa y cuanto alienta en potencia en la conciencia de los amantes.

Entrevista a Javier Vela (Segunda Parte)


P—“Eres la contra imagen de la muerte, Amara” dices en otro fragmento, y en muchos momentos Amara no representa a un ser amado sino a la visión idealizada que tiene quien le ama. ¿Necesitamos a toda costa creer que al amar conseguimos rozar la perfección? ¿Hay una necesidad de sobreponernos a la muerte en esa actitud de idealizar a quien amamos?

R—Tiendo a pensar (Valente lo anunciaba en sus Notas de un simulador) que cuando uno escribe la palabra «tú» en un poema, otra persona ha comenzado efectivamente a existir.

»No quiero decir con ello que la idealización de la figura amorosa Amara consista en un mero accidente gramatical, desde luego; ni que la pasión (no solo carnal sino también intelectual) y el deseo que los poemas desprenden sean en absoluto fingidos, sino más bien que la configuración semántica de las imágenes y la forma que estas adoptan en el conjunto del libro pueden no vanamente moldearse en el proceso de escritura siguiendo pautas que apuntan más hacia la sensibilidad del lector que hacia la del autor mismo, o eso quiero creer. La pasión y la forma: he ahí dos caras de una misma moneda, que a mi juicio no pocas veces se contradicen.


P—“Así el amor nos llega, sin aviso. / Así nuestra conciencia aflora en medio de la tempestad”. ¿Cómo se hace para escribir con sinceridad sobre el amor en un mundo devastado de individualismo y frivolidad?

R—No se trata de escribir con sinceridad, sino con autenticidad. La literatura y el arte, en mi opinión, son medios de ilustrar e interpretar míticamente el mundo en que vivimos, aunque, si pudiera fotografiar mi realidad cada vez que pestañeo, probablemente no sentiría la necesidad de escribir acerca de ella.


P—Concluyes el libro con una serie de sentencias que determinan que el amor es profundo pero también pasajero. Y el sujeto poético se queda contemplando el momento presente como único espacio de salvación: “Mi hogar es el instante”, dices. ¿Es la poesía para ti la mejor forma de eternizar un instante para poder revivirlo?

R—En cierto modo, sí. En tanto que el lenguaje de un poeta, como quería Montale, sea un lenguaje en sí mismo historizado, una obligada relación de diálogo con su tiempo y su espacio, todo libro es también un registro, algo así como un álbum con el que, andando el tiempo, uno pueda volver la vista atrás.

Entrevista a Javier Vela (Segunda Parte)

Comentarios1

  • Rapsodico

    Tengo ganas de leer a este chico. Fantástica entrevista. Un abrazo, Tes.

    • Tes Nehuén

      Creo que te va a encantar, Rapsódico. En lo personal ha sido un bellísimo descubrimiento.
      Un abrazo enorme.



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