Una interesante variedad de materiales de lectura ofrece desde hace tiempo Jesús Ruiz Mantilla, un hombre nacido en la ciudad cántabra de Santander que se licenció en Ciencias de la Información y lleva años ejerciendo el periodismo y demostrando sus aptitudes como escritor.
Hace algunas temporadas, el responsable de títulos como “Ahogada en llamas”, “La cáscara amarga” y “Yo, Farinelli, el capón” obtuvo visibilidad en Poemas del Alma por haber conseguido, gracias a “Hotel Transición”, el Premio Unicaja de Novela Fernando Quiñones. En otra ocasión, incluso, María Merino compartió datos de interés sobre múltiples novelas ideadas por Ruiz Mantilla.
Esta vez, el también artífice de “Papel”, “El encuentro” y “Divos” vuelve a tener protagonismo en este portal por haber aceptado responder, brevemente, cinco preguntas a distancia.
Si al llegar al final de esta nota desean ponerse en contacto con él, pueden rastrear su usuario en Twitter, red social en la cual actualmente atesora más de 1.100 seguidores.
– Desde tu rol de periodista, ¿cuál es la mejor noticia que desearías comunicar sobre tu actividad literaria y de qué modo trabajas para que llegue esa novedad?
– Que una novela mía ha abierto brecha o un nuevo camino por el que transitar en un género donde aún queda mucho por experimentar y renovar.
– ¿Por qué, con qué motivaciones e intenciones, te dedicas al género de la novela?
– Transmitir a los posibles lectores algo útil que les sirva para reflexionar sobre el mundo en que viven a través del riesgo de una propuesta estética.
– ¿Cómo fue, qué te ha dejado a nivel personal, el proceso de elaboración de “Papel”?
– “Papel” es un testimonio personal tras 30 años en un oficio en que tuve la sensación generacional de acabar una época y la fortuna de comenzar otra muy distinta. Con virtudes y riesgos: que los bulos acaben con la democracia. Estamos en primera línea de frente. Es una guerra.
– ¿Cuál ha sido el dato o la anécdota de “Divos” que más te sorprendió o impactó?
– Cuando Pavarotti se durmió delante de mis narices mientras le preguntaba. Cosas que le aburrían, supongo.
– ¿Qué esperas o necesitas tanto de la literatura que generas como de aquella que eliges para cultivar el hábito lector?
– Que me sacuda, me sorprenda. Aprender y cuestionar. Cuestionarme. Que tenga la capacidad de asombrarme por su audacia. Que rompa mis esquemas, que me cambie la vida, incluso. Cada vez que abro un libro espero eso.
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