Un camino literario interesante nutrido con múltiples producciones y varios reconocimientos lleva recorrido Juan Manuel Gil, el autor nacido en Almería que en esta ocasión recobra visibilidad en Poemas del Alma.
Antes de poner el foco en las respuestas que nos hizo llegar de manera virtual vale la pena recordar que en el archivo de este portal hay diversos contenidos vinculados a su figura, su actividad como escritor y el éxito que va cosechando.
“Un hombre bajo el agua”, “La flor del rayo” y “Trigo limpio” son obras que permiten apreciar las habilidades de Juan Manuel para la escritura. De querer ponerse en contacto con él a través de redes sociales, una posibilidad es enviarle un mensaje mediante X.
– ¿Qué herramientas, cualidades y recursos consideras primordiales para que un escritor despliegue todo su potencial?
– La curiosidad, la lectura y la constancia. Para mí son indispensables en la tarea de abordar un proyecto literario de cierta envergadura. Y tener claro que borrar es más decisivo que escribir.
– ¿Con qué dudas, y con qué certezas, iniciaste la escritura de “Un hombre bajo el agua”?
– La duda de si sería capaz de armar una novela a partir de la suma de versiones de distintos personajes. Y la hermosa certeza de que había encontrado un tono que me ayudaba a entender el mundo que me rodeaba.
– ¿Cómo fue el proceso creativo de “Trigo limpio”? ¿Dónde, de qué manera y en qué circunstancias fuiste gestando la trama?
– Intenso y gozoso. Buena parte del libro está escrito durante un permiso por paternidad y el confinamiento por la crisis del Covid. Probablemente no vuelva a escribir una novela en condiciones similares. Por eso tiene algo de anomalía. Algo que en literatura siempre es bienvenido.
– ¿Qué estrategias o métodos sueles adoptar para intentar ofrecer experiencias lectoras entretenidas y originales a través de tus libros?
– Más que una estrategia es una creencia: pienso que si disfruto durante el proceso de escritura tengo alguna opción de que el lector también disfrute durante el proceso de lectura.
– ¿Cuál es la mayor satisfacción que te da la literatura? ¿Qué te ha ido enseñando cada una de tus obras?
– Sin duda alguna, enfrentarme a las preguntas propias y ajenas, y viajar en busca de respuestas imposibles. No sé explicarme sin la literatura. De hecho, probablemente escriba porque no sé por qué escribo.
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