La madrileña Marina Casado cautiva a los amantes del género poético con propuestas como “De las horas sin sol”, “Mi nombre de agua” y “Los despertares”, mientras que a través de “El barco de cristal. Referencias literarias en el pop-rock” y “La nostalgia inseparable de Rafael Alberti. Oscuridad y exilio íntimo en su obra” acapara la atención de aquellos que se interesan por los ensayos.
Tiempo atrás, con “Este mar al final de los espejos”, esta escritora, profesora y periodista cultural que se doctoró en Literatura española ganó el Premio Carmen Conde de Poesía escrita por Mujeres, un logro que fue reflejado por Poemas del Alma.
A continuación hay cinco preguntas que brindan la posibilidad de conocer diversos aspectos de la vida y producción de Casado. El sitio web que lleva su nombre es otra fuente constante de datos sobre ella, mientras que las redes sociales permiten establecer y mantener contacto con Marina.
– Dado que fuiste una niña lectora y escritora, ¿de qué modo tu entorno promovió y respaldó tu interés por los libros y la creación literaria? ¿Quién tuvo un rol clave al respecto?
– Mis padres son los culpables de mi pasión por la literatura. Mi madre se inventaba cuentos desde que tengo uso de razón. Mi padre, que fue mi profe en Primaria, nos recitaba poemas y me empujó a escribir mis primeros versos. Si ahora soy poeta se lo debo a él principalmente.
– Al dar clases, ¿cómo trabajas para inculcar el respeto y amor que sientes por las letras?
– Sigo el modelo de enseñanza de mi padre: leemos mucho en clase, hablamos de esas lecturas, debatimos. Los poemas los recito yo primero. Los animo a escribir sus propios textos, aunque al principio se resistan. Evito limitarme a dar fechas y nombres para enseñar literatura.
– ¿Qué te brinda el género poético y qué consideras que le aportas con tus versos?
– La poesía siempre me ha parecido un espejo íntimo en el que mirarme, conocerme mejor y conocer el mundo que me rodea desde otra perspectiva. Me gustaría que mis versos lograran transmitir a algún lector esas emociones que a mí me han transmitido los de los grandes poetas.
– ¿Cómo nació, bajo qué impulsos y propósitos, “Este mar al final de los espejos”?
– De la idea de poesía como espejo, como forma de escapar de una realidad insatisfactoria. La obra bucea por tres espejos que constituyen mis propias profundidades y termina hablando de un hipotético mar que alcanzaremos cuando podamos sentirnos en paz con el mundo.
– ¿Cuál de todos los galardones literarios te gustaría conseguir? ¿Razones?
– El Premio Adonáis (o alguno de sus accésits), por la importancia que tiene en la historia de la literatura española. Algunos de mis más admirados poetas, como Ángel González o Caballero Bonald, lo obtuvieron. Además, ¡llevo dos años quedándome a las puertas como finalista!
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