Marta Navarro, respuestas en 280 caracteres

Varias opciones de lectura invitan, desde hace años, a descubrir y dejarse cautivar por la pluma de Marta Navarro García, una mujer nacida en Zaragoza que lleva tiempo traspasando las fronteras gracias a la incesante repercusión internacional de sus publicaciones.

Marta Navarro GarcíaEn 2014, esta autora que lleva adelante un blog titulado “Entre nómadas” consiguió protagonismo en Poemas del Alma gracias a un texto que Tes Nehuén escribió sobre “Ocho islas y un invierno”, una de las obras que conforman la producción literaria de Navarro.

Sobre este material, así como sobre otras creaciones suyas (“Vietnam bajo la cama” e “Hijas de la tormenta”, específicamente), se explayó Marta al responder un cuestionario a pedido de este portal. Si al llegar al final de esta tuittrevista desean ponerse en contacto con ella o mantenerse al tanto de sus novedades profesionales, pueden encontrarla en Twitter a través del usuario @martanomada.

¿Qué sensaciones y reflexiones te despierta, hoy en día, “Ocho islas y un invierno”?
– Siempre estaré agradecida a este libro. Fue todo mágico. Un periodista cultural publicó en su blog el poema “Taormina” y Francisco Aranguren, editor, después de leerlo, se puso en contacto conmigo. Es un libro de poemas de viajes terrenales y emocionales. Es un libro con alas.
Desde tu experiencia y opinión, ¿cómo es, qué características presenta, un poemario capaz de conmover hasta el alma?
– Un poema que conmueve es un poema donde las palabras guardan un faro de luz. Hay textos bellísimos que, sin embargo, no llegan al corazón. La técnica no hace milagros, no te susurra al oído. La capacidad de conmover me parece un misterio que merece la pena descubrir y disfrutar.
¿En qué contexto y de qué manera fue desarrollándose el contenido de “Hijas de la tormenta”?
– Después de “Ocho islas y un invierno”, publiqué “Vietnam bajo la cama”, que fue un ejercicio de libertad y de denuncia política y social. Después llegó la necesidad de escribir desde la esperanza, así surgió “Hijas de la Tormenta”, un libro lleno de serenidad y sororidad.
¿Cuál es el libro que más veces leíste y a qué responde ese deseo o necesidad de retornar a su contenido?
– Hay varios libros importantes para mí: los cuentos de Chéjov siempre me acompañan, también la poesía de Wislawa Szymborska, su obra es como un bálsamo, o “Sister Outsider”, de Audre Lorde. He vuelto a leer “Las uvas de la ira”, de John Steinbeck, y una vez más me ha impresionado.
Como escritora, ¿cuál es tu máximo anhelo y cómo trabajas para cumplirlo?
– Me importa mucho comunicar. Ya sea en poesía, artículos o relatos. Para ello busco ser honesta, elegir buenos contenidos y provocar emoción. Por eso debo aprender cada día, construirme cada día, leer y escribir mucho y, sí, tirar muchas cosas también. Ser exigente y ser libre.



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