Entrar en contacto con personalidades políticamente incorrectas o figuras que apelan al sarcasmo, la provocación y el desenfado para construir un estilo único y personal puede ser riesgoso. Hay un límite muy fino entre salir herido y disfrutar ese acercamiento.
Cuando decidí proponerle a Montero Glez ser parte de esta sección de Poemas del Alma con entrevistas a escritores por Twitter sabía que me enfrentaba a un español talentoso y admirado que llama la atención por su espíritu polémico e irreverente. Claro que dar una imagen audaz es parte de su personaje: que se muestre atrevido y provocador en público no significa que Roberto Montero González sea un hombre irrespetuoso ni desconsiderado.
El autor, ganador del Premio Azorín de Novela con su obra “Pólvora negra”, me agradeció haberlo tenido en cuenta y no dudó en destinar parte de su ingenio para responder mis preguntas.
Hoy tenemos la posibilidad de conocer un poco más sobre Montero Glez, a quien María Merino describió en una oportunidad como “la revolución literaria española de los últimos años”. Quien quiera divertirse, aprender y, por qué no, jugar el juego de la indignación que propone este hombre con sus declaraciones ácidas, no tiene más que llegar hasta el final de este artículo.
– ¿Qué es lo primero que te viene a la mente cuando recibes elogios de escritores consagrados como Pérez-Reverte?
– Que uno nunca elige a sus lectores.
– ¿Qué has aprendido hasta el día de hoy, a nivel profesional, desde que debutaste como autor?
– El único nivel que me interesa es el del mar. No soy profesional, soy amateur, amador de mi oficio.
– ¿Cuál crees que es el perfil de las personas que consumen tus libros? ¿A qué lectores aspiras conquistar?
– No me interesa la mercadotecnia. El marketing viene a reforzar la «economía clásica» que no me interesa. Aspiro a ser leído, para eso escribo. Ya te digo, no me interesa la mercadotecnia.
– ¿Qué sugerencias le darías a aquel que pretende dedicarse a la escritura de manera profesional?
– Si se quieren dedicar de manera «profesional» que se hagan funcionarios y escriban en ratos libres, fines de semana y fiestas de guardar.
– Te admiran colegas y lectores de múltiples nacionalidades, ¿por qué crees que estás tan bien conceptuado?
– En realidad, más que admirarme me envidian. Esconden su envidia bajo el elogio. ¿Alguna pregunta más?
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