Una amplia variedad de títulos enriquecen la producción literaria del colombiano Paul Brito Ramos, un experimentado autor que hemos querido visibilizar en Poemas del Alma invitándolo a responder un cuestionario a distancia.
Más de 1800 usuarios siguen en X al creador de “El ideal de Aquiles” y “Restos orgánicos de un mundo anterior”, por mencionar dos de sus obras. En Instagram, en tanto, este hombre que elige presentarse en redes sociales como “editor de su propia vida” y “cronista de la Continuidad” está por superar los 1400 seguidores.
Resulta enriquecedor saber, de igual modo, que “El proletariado de los dioses”, “La muerte del obrero” y “Los intrusos” son otras de las opciones de lectura que permiten apreciar las habilidades de Paul Brito Ramos para la escritura.
– ¿Qué lecciones o enseñanzas te ha dejado la elaboración de “La vida no es un ensayo”?
– Más que lecciones, escribir un libro te da la oportunidad de explorar un punto ciego, un asunto que nunca vas a entender del todo. En ‘La vida no es un ensayo’, me animaba estudiar la naturaleza misteriosa del tiempo y la forma en que la literatura la alumbra desde adentro.
– Como escritor, ¿cuáles son tus principales objetivos y de qué modo trabajas para intentar cumplirlos?
– Mi meta diaria es recuperar un poco el asombro y la libertad de la infancia, esa facilidad con la que uno podía escuchar sus propias intuiciones y seguirlas hasta el final, además de la plasticidad con que en esa época el futuro podía ser un campo infinito de posibilidades.
– ¿A qué dificultades te enfrentaste durante el proceso creativo de “La muerte del obrero”? ¿A qué herramientas o recursos apelaste para poder superarlas?
– La mayor dificultad fue mi reto de convertir el título en el protagonista de la historia y que mientras tanto el personaje se mantuviera inmutable. Para ello sostuve un tono escueto y cierta psicología autómata del personaje, con el fin de que la historia hablara por sí misma.
– ¿Con qué certezas, y con qué dudas, iniciaste la escritura de “El proletariado de los dioses”?
– Mi mayor certeza fue que la crónica era una vía más expedita que el cuento para llegar a la novela, por su facilidad de narrar y reflexionar a la vez. Y mi duda, si realmente me iba a facilitar ese salto. Entonces preferí entregarme solo al placer de explorar sus posibilidades.
– ¿Con qué personalidad, autor/a de otra época te hubiese interesado compartir una charla? ¿Razones?
– Roberto Bolaño. De hecho, en 2002 leía Llamadas telefónicas en un bus y al levantar la vista vi un letrero: Blanes; pensé en visitar al autor, pero no me atreví. De todos modos, la mejor forma de conocer a un escritor es su obra; fuera de ella, los autores son solo seres humanos.
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