Pedro Santamaría, respuestas en 280 caracteres

Con el apasionante desafío de viajar en el tiempo para traer del pasado personajes o acontecimientos que marcaron una época o que, tal vez, pasaron desapercibidos pese a tener alguna veta interesante, Pedro Santamaría construye ficciones.

Este hombre, que nació en Santander se licenció en Derecho y sumó experiencia como profesor de idiomas, lleva años enriqueciendo al ámbito de la novela histórica con relatos que seducen a numerosos lectores y motivan a diversos jurados a exaltar su buen desempeño narrativo.

Quien fuera uno de los integrantes del comité evaluador que el año pasado le otorgó a Rodrigo Costoya Santos el IX Premio de Novela Histórica Ciudad de Úbeda prioriza la “dinámica de la novela” al dosificar los datos históricos a lo largo de cada trama después de leer mucho sobre el periodo y, de alguna manera, “vivir” esa era a fin de rescatar lo más valioso o atrapante.

“Rebeldes”, “Al servicio del imperio”, “El ateniense” y “El saqueo de Roma” son algunos de los libros que publicó este talentoso escritor que acumula en Twitter más de quinientos seguidores. Aquellos que después de leer las respuestas breves que Pedro Santamaría desarrolló para Poemas del Alma deseen mantenerse al tanto de su carrera y de sus novedades literarias, además de visitar el sitio web del autor tienen la posibilidad de conseguir un ejemplar de “Campos de Gloria”, su más reciente trabajo.

A la hora de crear personajes de otros tiempos, ¿cómo trabajas y qué tienes en cuenta para que resulten verosímiles e interesantes?
– Imagina un triángulo equilátero: en un vértice está la naturaleza humana, las pasiones… En otro, la mentalidad del momento y el entorno. Y en el restante, los cánones de escritura del siglo XXI. Dentro de ese triángulo se encuentra nuestro personaje.
¿Cuál es, en base a tu experiencia, el mayor desafío que plantea el género de la novela histórica y de qué manera lo afrontas para superarlo?
– Si tuviera que elegir uno sería la investigación. Hay que procurar que los datos históricos entren en el relato del modo más natural posible sin generar disertaciones. En mi opinión, el novelista histórico debe recordarse continuamente que está escribiendo novela y no historia.
Desde tu debut como novelista hasta ahora, ¿qué has cambiado y qué mantienes a la hora de desarrollar relatos?
– Mantengo cierto estilo reconocible y he ido aprendiendo de mis errores y de las críticas (aunque voy cometiendo errores nuevos). Creo que logro crear mejores personajes, dotar ciertas escenas de más tensión y definir un poco más las ideas controladoras de los relatos.
¿A qué personaje o figura de la Historia admiras? ¿Razones?
– Me atraen aquellos que, aún dejándose la piel, perdieron. Siento debilidad por los perdedores. Si tuviera que citar un personaje histórico que admiro, ese sería Napoleón: de origen humilde, gran legislador, gran estratega, odiado por muchos y comprendido por pocos.
¿Cómo imaginas que, en un futuro lejano, se abordará desde la ficción esta época difícil marcada por la pandemia de coronavirus?
– Del mismo modo que hoy en día se trata la gripe española o la plaga de Justiniano. Pasando por ella de puntillas, si es que se pasa. Dudo mucho que dentro de cien años esta pandemia, que para nosotros lo ha trastocado todo, le resulte interesante a nadie.



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