El escritor español Roberto Aliaga lleva mucho tiempo cautivando con sus historias a un gran número de niños y jóvenes de diversas nacionalidades. “La tortuga que quería dormir”, “Un reloj con plumas”, “El príncipe de los enredos”, “Cactus del desierto”, “Cuando Óscar se escapó de la cárcel” y “Cuento de noche” son algunos de los relatos que, en los últimos años, le han dado la posibilidad de sumar lectores y múltiples reconocimientos.
El más reciente de sus títulos es “Cómo arreglar un libro mojado”, una propuesta que le permitió ganar el Premio Barco de Vapor 2017, tal como informamos semanas atrás en Poemas del Alma.
Sin dudas, por todo lo conseguido hasta el momento y el interés de Aliaga en seguir incrementando su producción literaria, se trata de un autor a tener en cuenta a la hora de buscar nuevos materiales de lectura destinados a los más pequeños de la familia. De querer descubrir cómo piensa, siente y trabaja este talentoso español, no se pierdan la tuittrevista que, en esta ocasión, lo tiene como protagonista.
– Escribir literatura infantil es un desafío y una responsabilidad… ¿Qué encuentran los niños en los relatos que creas especialmente para ellos?
– Tendrían que decirlo ellos… pero ya que me lo preguntas, yo creo que una voz sencilla, graciosa tal vez, y sin imposturas.
– ¿Cuál ha sido, entre todas las devoluciones de los chicos, la reacción, elogio o comentario más especial para ti? ¿Razones?
– Cuando me dicen, después de haber leído alguno de mis cuentos, que ellos también se han puesto a escribir una historia.
– “Cómo arreglar un libro mojado” te dio premio y repercusión internacional. ¿Qué sientes por esta obra?
– Es curioso, pero siento lo mismo que por sus otras 52 hermanas, porque siempre pongo toda mi dedicación y todo mi empeño en lo que escribo.
– En un mundo repleto de estímulos tecnológicos, ¿cómo te las ingenias para que los más jóvenes disfruten tus libros?
– Intento que mis historias les resulten atractivas, y creo que en esto el humor juega un papel muy importante.
– Tu producción literaria es extensa y acumulas numerosas distinciones… ¿Cuál sería el broche de oro para una carrera que no deja de darte satisfacciones?
– Seguir contando muchos años con estos lectores que se interesan por mis historias. Sin duda, ellos son el mejor premio.
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