Abrir un ejemplar de “La novela de un novelista malaleche”, dejarse cautivar por la trama de “El escalador congelado” o darle una oportunidad a “El orden de la memoria” es sumergirse en el universo creativo de Salvador Gutiérrez Solís, un español que lleva años enriqueciendo a la literatura con sus historias de ficción.
Gracias a sus habilidades narrativas, este autor cuyas obras han sido traducidas a múltiples idiomas motivó a María Merino a publicar en Poemas del Alma un artículo basado en su producción. Ahora es momento de conocer cómo piensa y trabaja Salvador gracias a las respuestas breves que, muy gentilmente, me hizo llegar vía Twitter.
De querer seguirlo en la mencionada red social, no tienen más que localizar al usuario @gutisolis. Asimismo, resulta interesante visitar su sitio web para descubrir tanto su trayectoria como sus desafíos profesionales actuales.
– ¿Con qué motivaciones y aspiraciones cultivas el arte de la literatura?
– ¿Qué consejo o sugerencia que te resultó útil en tus inicios como autor quisieras darle a quienes están dando sus primeros pasos como escritores?
– Más que consejos, sugerencias: leer mucho, y leer de todo, dejarse “contaminar” por otros medios de expresión, como la música o el cine, nunca perder el contacto con la realidad, trabajo, constancia, trabajo, constancia, y más trabajo. Y después de todo eso, corregir y corregir.
– ¿Consideras que ser lector te hace mejor novelista o viceversa? ¿Razones?
– Indiscutiblemente. Leer es el mejor Taller de Escritura Creativa en el que podemos participar. Eso implica, por supuesto, saber leer. Acudir a las obras referenciales, a las cimas literarias. No entiendo un escritor no lector, y sí entiendo un lector que decide ser escritor.
– ¿Cuál ha sido la experiencia o situación más impactante que te sirvió de inspiración para un relato?
– Pues precisamente, tres casos de gran impacto social y mediático que han tenido lugar en España en los últimos años: los asesinatos de Diana Quer y Asunta Basterra, y la violación grupal cometida por la denominada Manada, que son el germen de la que será mi próxima novela.
– Al impartir talleres de escritura, ¿qué huella pretendes dejar en los asistentes para que esas clases los marquen de algún modo especial?
– Depende de la duración y nivel de especialización del taller. En primer lugar, hacerles ver que es posible, que pueden convertir en palabras sus ideas, proporcionándoles las herramientas adecuadas. Al mismo tiempo, trato de eliminar ese miedo o excesivo respeto del principiante.
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