En 2023, el Premio Internacional de Poesía Paralelo Cero fue adjudicado a Samuel Espinosa Mómox, poeta de origen mexicano que cautivó al jurado con “Esto me parece una metáfora aunque no sé muy bien de qué” y fue parte del encuentro de exponentes del género poético que, bajo la misma denominación que el galardón, se desarrolló en Ecuador por impulso de El Ángel Editor.
Muchos aficionados a la lectura conocen ya las habilidades creativas de Samuel, pero siempre vale la pena difundir el trabajo y los logros de los escritores para que cada vez más gente descubra y disfrute talentos como el que posee Espinosa Mómox en relación a la composición poética. Por esa razón, en esta ocasión compartimos la entrevista a distancia que, con gratitud, compromiso e interés, le concedió a Poemas del Alma este hombre nacido en Puebla.
Aquellos que deseen entrar en contacto con el responsable de libros como “Casquete corto” y “Maracaná, 1950 (y otros poemas)” pueden encontrarlo, por ejemplo, en la red social X, donde sus contenidos son leídos por cientos de usuarios.
– ¿Cuáles son, desde tu punto de vista, las bases o los rasgos de una buena composición poética?
– Para mí es fundamental plantear una postura frente a la tradición. Se puede continuar, cuestionar y transgredir, pero lo que, a mi gusto, hace que un texto no funcione es desconocerla, no saber cómo opera. De ahí, la sorpresa, la atención y el ritmo son elementos esenciales.
– ¿Por qué y para qué te dedicas a la poesía?
– Me dedico a la poesía tanto como puedo porque es la actividad humana que más me satisface, y la encuentro en poemas, en la música, en las artes visuales, en el teatro. Me interesa el instante poético, y la herramienta con la que mejor he logrado encontrarlo es el poema.
– ¿Qué pensamientos, reflexiones o sensaciones experimentaste a medida que elaborabas el contenido de «Casquete corto»?
– “Casquete corto” fue una forma de pagar deudas de infancia. Con mis padres, amigos, hermanos, pero sobre todo con mi abuelo, que fue un personaje muy extraño: amorosísimo conmigo, pero duro y distante con el resto del mundo. Poemas para verme en él y verlo en mí, entre espejos.
– ¿Quiénes son tus referentes en materia de escritura? ¿Razones?
– Veo 2 etapas marcadas por la edad y la experiencia: 1°, joven bohemio obsesionado con Ernesto Cardenal, Rubén Bonifaz Nuño y Eduardo Lizalde; 2°, una especie de reconstrucción, de habitar la provincia y el hogar en lo lento, con Gonzalo Rojas, Paul Muldoon y José Watanabe.
– ¿Cómo te las ingenias, a qué apelas, para intentar evolucionar y crecer como poeta?
– Veo en mi camino de escritura algunos procesos: desbordarse en la juventud, descubrir los indicios de la voz propia, cuestionarla y luego reconocerse y jugar a reconstruirse. Si he madurado algo, ha sido por recorrer cada proceso y asimilarlo entre diálogo, la crítica y juego.
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