Víctor Colden, respuestas en 280 caracteres

Un madrileño nacido en 1967 que se licenció en Filología Románica y lleva varios años dedicándose a la creación literaria inspira la tuittrevista de este martes. Víctor Colden es el nombre de este autor que suma más de 7.200 seguidores en Twitter y que, por esa red social, recibió con gratitud y entusiasmo la invitación a contestar, con una extensión máxima de 280 caracteres, cinco preguntas.

Antes de darle paso a sus respuestas resulta constructivo mencionar que sus dones como novelista pueden apreciarse a través de “Inventario del paraíso” y “Tu sonrisa sin temblar”. Tiempo atrás en Poemas del Alma, tal como sabrá o recordará más de un habitué de este portal, Tes Nehuén publicó una reseña de este material que salió a la luz bajo el sello editorial Pre-Textos.

“Gazeta de la melancolía” y “Veinticinco de hace veinticinco” son otros de los títulos que forman parte de su producción. Para conocer más sobre la vida y obra de Víctor Colden, el sitio web que lleva su nombre es recomendable e ideal.

– ¿Qué aprendiste, recordaste o descubriste al desarrollar la trama de “Tu sonrisa sin temblar”?
– Aprendí que hay personajes de novela que van por libre, recordé hechos que no habían sucedido en mi adolescencia y descubrí la sensación de poder que experimentan quienes escriben ficción: la sensación de ser dioses… que crean juguetes.
– ¿Cuáles son las cuestiones que más te satisfacen, sorprenden o enorgullecen en relación a “Gazeta de la melancolía”?
– Guardo un buen recuerdo del trabajo estilístico que hice en “Gazeta de la melancolía”. Moldeé la prosa para producir ciertos efectos y decir cosas muy distintas. ¿Con qué fin? Con el de que lo mío resonara en quienes me leyeran.
– ¿Cómo imaginas, con qué características y buscando qué clase de experiencia lectora, a quien elige darle una oportunidad a “Veinticinco de hace veinticinco”?
– Supongo que quienes deciden leer “Veinticinco de hace veinticinco” son seres más o menos dados a cierta clase de perplejidad vital: la que producen el vertiginoso paso del tiempo y los cambios que trae consigo.
– ¿Con qué certezas inicias un texto y cómo sueles ir resolviendo las complejidades o los obstáculos que van surgiendo a medida que desarrollas una obra?
– La única «certeza» que hay en el origen de mis textos es siempre una emoción imprecisa pero muy intensa: la intuición de los sentimientos y las sensaciones que quiero transmitir. Resuelvo las complejidades —si es que las resuelvo—con un poco de instinto y muchísimo trabajo.
– ¿Por qué, y para qué, te dedicas a la escritura?
– ¿Por qué? Creo que por la incapacidad de no hacerlo, por la incapacidad de vivir la vida sin ponerla por escrito. ¿Para qué? Para ser yo también tusitala durante un rato y, con un entramado de palabras, divertir, encandilar, enternecer o conmover a los demás.