Victoria González Torralba, novelista que recientemente ha participado en las ediciones 2024 de Pamplona Negra, Vallekas Negra y Barcelona Negra, heredó de su padre, el también escritor Francisco González Ledesma, la pasión por la lectura y la escritura.
“Llámame Méndez” y “Buenos tiempos” (obra distinguida con el IV Premio Paco Camarasa de Novela Negra) son las publicaciones que, hasta el momento, permiten apreciar las habilidades literarias de esta licenciada en Ciencias de la Información nacida en Barcelona.
Más allá de alimentar su producción, Victoria dedica tiempo a conectarse con sus lectores y colegas. Por eso es frecuente encontrarla en múltiples eventos y actividades culturales, así como también es sencillo y grato intercambiar mensajes con ella vía redes sociales o correo electrónico.
En esta oportunidad tenemos la posibilidad de conocer con cierta profundidad el proceso creativo de González Torralba gracias a la tuittrevista que ella, con gran interés y excelente disposición, respondió a pedido de Poemas del Alma.
– Siendo mujer y dedicándote a la literatura al igual que tu padre, el autor Francisco González Ledesma, ¿has tenido que sortear obstáculos o derribar prejuicios desde tu rol de escritora?
– Sí, pero creo que todos nos enfrentamos a algún tipo de prejuicio en un momento u otro. Abusamos de las etiquetas. En mi caso, ser hija de escritor me dio un conocimiento previo del oficio, pero también es más fácil que te acojan con reserva.
– ¿Qué recuerdas del proceso creativo de “Llámame Méndez”? ¿Cómo transitaste esa experiencia?
– Lo recuerdo como un periodo de aprendizaje porque fue mi primera experiencia como novelista. También, aunque en aquel momento no fui consciente, como una manera de sobrellevar el duelo por la muerte de mi padre.
– ¿Te ha resultado más sencillo iniciar la trama de «Buenos tiempos» o darle cierre a la historia? ¿Razones?
– Cada etapa tiene su dificultad. Al principio está en asentar la identidad de los personajes, en trazar unas líneas narrativas sólidas. A partir de ahí yo camino en la cuerda floja. No sé qué va a ocurrir, dejo que la historia se vaya desarrollando, y eso da vértigo.
– ¿Cuáles son, de acuerdo a tu criterio, las condiciones que deben darse para que se produzca una complicidad entre alguien que escribe un libro y quien lee esa obra?
– Ese es el secreto de la literatura y lo más difícil de conseguir. Aunque no existen fórmulas mágicas, hay ingredientes que nunca deben faltar: el dominio del lenguaje y crear unos personajes con los que el lector sea capaz de conectar.
– ¿Cómo trabajas, a qué fórmulas o recursos apelas, para evolucionar como autora y enriquecer tu producción?
– El escritor debe formarse continuamente. Para mí es muy importante crecer como lectora, mejorar el conocimiento del lenguaje, de los recursos narrativos. Como en todos los trabajos, es fundamental tener oficio, y eso solo se consigue echándole horas.
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