Cada día son más las informaciones que muestran como en unos años el hombre ha pasado a estar pegado a un teléfono, lo necesita en su día a día de manera inevitable e incluso hay quien se angustia si no lo tiene al lado.
Y es que dicho dispositivo es en la actualidad un instrumento fundamental para poder comunicarnos y estar en relación con el resto de nuestro entorno, con aquel amor que está en la distancia o con aquellos amigos que hace tiempo que no vemos.
Pero el teléfono es también fuente de intrigas, de malas y buenas noticias, de sorpresas. Por todo ello,la Literatura no lo ha dejado en el olvido y eso hace que existan diversas obras que lo han tomado como punto de referencia en sus historias.
Este sería el caso de la novela de espionaje titulado Teléfonos nocturnos. En el año 1995 fue cuando se publicó dicho trabajo que está firmado por el escritor John Lutz. En él se narra la vida del detective Alo Nudger que se enamora perdidamente de una mujer que ha conocido a través del hilo telefónico.
Pero lo que parece una simple historia de amor se complica cuando dicha fémina ha sido puesta en el punto de mira de una mente criminal que ha tomado la decisión de que aquella sea su próxima víctima.
Cómica a raudales es, sin embargo, la novela La concesión del teléfono que salió al mercado literario en el año 2001 de manos de Andrea Camilleri.
Sicilia, y en concreto el pueblo de Vigàta, en el año 1891 es el escenario en el que transcurre este relato que cuenta como Filippo Genuardi solicita una línea telefónica. Un hecho que ahora parece sencillo pero que en aquella época era muy complicado pues se podría decir que tener teléfono era un auténtico lujo.
Por ello, la situación cómica se produce a raíz del conjunto de trámites y de papeleos que debe llevar a cabo aquel para conseguir tan preciado «tesoro comunicativo». Un sinfín de momentos rocambolescos y surrealistas que harán vivir a Filippo un innumerable conjunto de enredos.
Junto a estas citadas obras hay que destacar otras que también han tomado al teléfono como protagonista material de las mismas. Este sería el caso, por ejemplo, de Alguien al teléfono que el escritor estadounidense Cornell Woolrich publicó en el año 1952 y que se compone de un conjunto de cuentos y relatos relacionados con el suspense y el espionaje.
Los jóvenes y el teléfono
De la misma forma, pero en este caso dirigido a un público infantil y juvenil, Erich Kästner presentó en el año 1999 un conjunto de historias que llevan por título El teléfono encantado. En verso están realizados dichos trabajos que persiguen ante todo que sus jóvenes lectores aprendan una serie de valores y de normas tales como no ser rencoroso con los demás, llevar a cabo una alimentación sana y equilibrada o cuidar a los animales sin realizarles maltratos de ningún tipo.
Un público este al que también va dirigida la obra que en el año 2002 lanzó al mercado la escritora irlandesa Kathryn Lamb y que lleva por título Un móvil para veinte historias de amor por teléfono. Libro este que sigue la línea de comicidad y de comprensión de los problemas de la juventud que marcan la bibliografía de dicha autora.
Comentarios1
Ah, interesante.
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