12 curiosidades sobre Émile Zola

El padre del naturalismo. Así es como se ha definido al autor francés Émile Zola, que está considerado una figura clave de la literatura de su país. Y lo es gracias a obras tales como La fortuna de los Rougon (1871), Fecundidad (1899) o La caída del abate Mouret (1875).

En este caso, lo que vamos a hacer es conocer un poco más su figura e incluso su bibliografía. Lo haremos descubriendo algunas curiosidades o particularidades que pueden resultar interesantes, tales como estas:

Su nombre completo era Émile Édouard Charles Antoine Zola.
Fue compañero de clase de una de las figuras claves de la historia universal de la pintura. Nos estamos refiriendo a Paul Cezanne, con quien mantuvo una gran amistad durante toda su vida. No obstante, también fue amigo de los hermanos Goncourt, de Gustave Flaubert o de Camille Pissarro.
Hubo un tiempo en el que Zola y Cezanne se distanciaron. Eso parece ser que fue debido a que en la novela La obra del primero aparece un personaje, un pintor fracasado, que se considera que se asemejaba al segundo.
Suspendió en dos ocasiones el examen Bachillerato, que era necesario para poder cursar estudios universitarios. Una situación que hizo que, para no ser una carga para su madre, decidiera ponerse a trabajar. Y entre los empleos que tuvo fue dependiente en la librería Hachette.
Se rechazó su entrada en la Academia francesa.
Uno de los episodios más significativos de la historia de Émile Zola fue el llamado Caso Dreyfus. Todo giraba en torno a un militar francés de origen judío que fue acusado falsamente de espía. El escritor apostaba por defender al hombre y así lo dio a conocer en numerosas ocasiones de forma pública. Es más, realizó un alegato defendiendo a aquel y culpando a otras figuras reconocidas que le llevaron a pasar un año en la cárcel y a tener que pagar una multa.
Se considera que este escritor francés influyó de manera contundente en autores de su país y de fuera del mismo. En concreto, se considera que ejerció como referente para plumas españolas de la talla de Emilia Pardo Bazán o Benito Pérez Galdós, entre otras.
Una de sus obras más exitosas, que le hizo ganar dinero y reputación, fue La taberna (1877), que giraba en torno a la autodestrucción. Y eso que generó una gran controversia, como también le sucedió con otra novela titulada Nana (1880), que versaba sobre la prostitución.
Fue un gran aficionado a la fotografía.
Se puede decir que mantuvo una doble vida. Por un lado, con su esposa (Alexandrine Meley) y por otro, con su amante (Jeanne Rozerot) y los dos hijos que tuvo con esta (Denise y Jacques).
Existe un notable oscurantismo sobre su muerte. Y es que, en un primer momento, se consideró que había fallecido asfixiado. No obstante, con el paso del tiempo se ha vuelto a poner sobre la mesa su caso ya que hay indicios de que puedo morir como consecuencia de que alguien tapó la chimenea de la estufa que tenía en su hogar. ¿Por qué motivo? Se considera que por su papel esencial en el citado caso Dreyfus.
Aunque fue enterrado en el Cementerio de Montmartre, con el paso de los años sus cenizas fueron llevadas hasta el Panteón, erigido en el Barrio Latino.