La literatura rusa de la época soviética ha sido de gran influencia en las políticas de su tiempo y aún al día de hoy recibe un espacio importante en el mundo de las letras.
Alexandr Kabakov, autor de «El irretornable», escritor actual ruso, dijo refiriéndose a las diferencias entre los autores rusos antiguos y los actuales: «La eliminación de la censura fue un cruce de frontera. Esta existencia sin censura tiene dos caras. De una parte surgió la libertad de autoexpresarse para los auténticos y serios escritores, que continúan la línea de la literatura rusa anterior a la revolución y de la emigración; de otra, ha surgido gran cantidad de literatura de masas de bajo nivel y la llamada literatura moderna, cuyo básico principio es destruirlo todo: valores éticos tradicionales y los estéticos. Como resultado a la literatura rusa ha vuelto mucho de lo bueno que contenía la experiencia nacional del XIX y ha llegado lo peor del proceso literario mundial del XX.»
¿Qué caracterizó a los escritores rusos de la antigüedad?
Uno de los aspectos a destacar de las letras de la antigua Rusia es que habiendo sido escritas hace tanto tiempo, son actuales, y perfectamente comparables sus historias con las que podemos ver en nuestro mundo de hoy en día, según Kabanov para que un libro sea actual no es necesario que hable específicamente de esta realidad.
Esto se debe a que lograron entender los símbolos básicos de su tiempo graficándolos de forma clara y completamente compatible con los tiempos venideros. Fueron escritores que estuvieron por encima de su realidad y supieron entregar esperanzas en medio de la desazón y cuando ya no quedaba demasiado que intentar; que hablaron desde lo más puro del ser humano, desde sus miserias, sus dolores, y pintaron la infancia de una manera única, los recuerdos como eje fundamental de la juventud de cada individuo.
Actualmente siguen traduciéndose obras clásicas de León Tolstói, Fiodor Fostoyevski y de Nokolai Gogol que son distribuidas por todo el mundo y no existen escritores que no los tengan en su biblioteca o en su mesa de luz, que no los nombren en sus recomendaciones, que no los hayan analizado y sigan haciéndolo; es que han marcado a tal punto la historia de las letras que su pensamiento no deja de estar presente en cualquier literato.
Otros rusos que continúan leyéndose
Sin embargo los rusos que se leen no sólo son los clásicos, también escritores como Vladimir Nabokov es un punto referecia para muchos escritores y que vivió en la era en la que en Rusia los escritores se dividían en dos grupos totalmente diferenciables entre sí, los pertenecientes a la literatura rusa soviética, y a la no soviética.
Los primeros, a favor del regímen y leídos en su tiempo, los otros, rechazados por el régimen por motivos políticos. En este último grupo se halló Nabokov, al igual que Iván Bunin; mientras que entre los escritores soviéticos se encuentran Andréi Platónov, Anna Ajmátova, Mijaíl Zóshchenko, Osip Mandelstam, Iósif Brodski, Alexandr Solzhenitsin, Vasili Axiónov, apoyados en la ilusión de un futuro comunista para un país que no estaba preparado para hacerse cargo de semejante utopía.
Según Shishkin, otro escritor ruso de nuestra era, en aquella época los escritores escribían apasionados con la enorme convicción de que sus obras jamás serían publicadas debido a su contenido controversial y así «salvaban las almas», o «vendían su alma al diablo y escribían sobre lo que deseaba el régimen» obteniendo a cambio un estatus económico y una calidad de vida impensables para cualquier artista de la época.
Shishkin afirma que la idea de venderse al régimen es comparable con hacerlo a las masas. Hoy en día los escritores sólo buscan ventas, escriben best sellers y cada vez rebajan más su calidad con tal de obtener más dinero y fama. «cada cual evalúa el precio de su propia alma».
El papel de la literatura rusa en los escritores de nuestra era
La literatura contemporanea se encuentra irrigada de los rusos. Por nombrar algunos:
Sergio Chejfec describe la tragedia, la soledad con un dejo dramático, pero ese dramatismo propio de los rusos, donde un haz de luz se deja ver, muy ténue, pero espectante… y ahi es donde la posición del lector es sumamente importante, pues si se está despierto pueden apreciarse estos matices, pero si no, una sensación de vacío y de pérdida sin sentido te avasallará.
Ernesto Sábato, en su obra «Sobre héroes y tumbas» pinta una Buenos Aires comparable con el Petersburgo de «Crimen y Castigo» y la tragedia de los jóvenes que sueñan con que un futuro mejor es posible y toman decisiones que ponen en riesgo su estabilidad a cambio de no darse por vencidos, de no ceder ante las ideas modernas que intentan socavar lo que de verdad importa, la integridad de cada individuo y la justicia social.
También en la obra «Ojalá» de Juan Cruz Ruiz, puede notarse la importancia de los rusos, en esa increíble descripción del pasado como fundamento de lo que somos. Esa obra es una pintura de un pasado lejano, pero que vive a flor de piel en el protagonista, tal cual lo hiciera en Alioshka esa infancia transcurrida junto a sus dos hermanos y su padre en «Los hermanos Karamazov» de Fiodor Dostoyesvki.
Es innegable la influencia que los escritores rusos clásicos han tenido y tienen en la literatura hispánica moderna y, considero, que esto habla muy bien de las obras literarias de nuestra era ya qye nos dice que tenemos escritores capaces de pintar el presente, marcado por el pasado, de una manera profunda y sumamente pintoresca.
Comentarios2
Agradezco el artículo pues confieso que yo no sabía nada de la literatura rusa, para mí era algo inexistente, hoy he aprendido algo y aunque seguro no recordaré ningun nombre(porque son muy complicados) agradezco la información, ya veré la literatura rusa de otra manera y le prestaré mas atención.
Estupendo artículo.
Un saludo.
Es una fuente inagotable de inspiración.
Gracias por el artículo.
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