Te invitamos a leer estos 2 libros (de Javier Morales y Olalla Castro Hernández) que exploran nuestra relación con la naturaleza.
Nuestra forma de tratar a la naturaleza dice mucho de nosotros. Tiene mucho que ver con nuestro pasado y con la visión que tenemos de nosotros mismos. A lo largo de la historia de la literatura numerosos autores han planteado inquietudes en torno a la relación de los humanos con la naturaleza; existen libros que desarrollan tema con verdadero acierto. En esta oportunidad vamos a hablar de dos libros contemporáneos que son una verdadera maravilla y que ofrecen muchas preguntas en torno a este tema: Monfragüe de Javier Morales (Tres Hermanas) y Todas las veces que el mundo se acabó de Olalla Castro Hernández (Pre-textos). Una novela y un poemario cuya lectura puede servirnos para pensar mejor nuestro vínculo con el entorno. ¡No dejes de leerlos!
«Monfragüe» de Javier Morales
La nueva novela de Javier Morales, Monfragüe, nos ofrece una maravillosa reflexión sobre el vínculo estrecho que existe entre infancia y naturaleza. De alguna forma, cuando vamos creciendo este lazo se va rompiendo por las gran dificultad que supone la vida misma. Quizá uno de los empeños del escritor sea entender por qué se ha dado esa ruptura y de qué forma recomponer el vínculo.
En esta novela nos encontramos con un relato descarnado sobre la infancia. El protagonista regresa a su terruño para realizar un trabajo sobre el Parque Natural Monfragüe, pero al llegar se da cuenta de que lo que en realidad ha ido a hacer es otra cosa: reconstruir los hechos de uno de los períodos más significativos de su vida. En este viaje interior y exterior se internará en la semilla del miedo y de la vergüenza, y tratará de perdonarse por no haber ayudado a su mejor amigo cuando estaba siendo acosado por sus compañeros. Asimismo, saldrá a la luz su propia responsabilidad en el acoso, y tendrá que buscar una forma de vivir con eso.
El estilo de Javier Morales es concreto, pero también ofrece cierto lirismo cuando se trata de describir el interior del personaje o los paisajes y la vida de los animales en el parque. Consigue de forma magistral el equilibrio exacto entre lo dicho y lo sugerido, dos cosas que me interesan especialmente de cualquier obra narrativa.
Es una novela hermosa con fascinantes descripciones de la naturaleza de Monfragüe y donde los animales atraviesan toda la narración. Sin duda puede ser una interesantísima lectura para repensar nuestra propia relación con la naturaleza, y reconstruir el vínculo dañado por el paso del tiempo.
«Todas las veces que el mundo se acabó», de Olalla Castro Hernández
Todas las veces que el mundo se acabó es un poemario intenso y extraordinario que procura ofrecerse como una recopilación de algunos de los mitos más significativos de la civilización, reflexionando sobre la relación entre violencia y miedo. Asimismo, Olalla Castro Hernández ofrece interesantísimas reflexiones sobre nuestro vínculo con la naturaleza.
Con un estilo limpio y lleno de sensibilidad, la autora reescribe algunas leyendas que nos han formado: la Epopeya de Gilgamesh, los presagios de Nostradamus y el Ragnarök, entre muchos otros, y a partir de ellos pone preguntas sobre el origen del miedo y su relación con el lenguaje. Es un libro de una intensidad impresionante: a través de versos cortos y concretos, la poeta consigue llegar al hueso de las cosas y hacer estallar las costuras del relato consolidado durante siglos.
Uno de los temas reincidentes a lo largo de los poemas es la destrucción, es decir, esa actitud humana que ha llevado a colapsar o a demoler las ideas más hermosas. Sobre este tema Olalla Castro deja numerosas e interesantísimas preguntas, que podrían servir para pensar en la raíz del dolor y de la violencia, que de un modo u otro todos llevamos dentro.
Para escribir sobre la naturaleza es necesaria una cuota de rebeldía. Y tanto Javier como Olalla la tienen, y hacen un buen uso de ella. La rebeldía nos permite pensar cuando, incluso naciendo de la rabia, se permite atravesar las inquietudes con esperanza. Buscar luz en la literatura es una de las mejores actitudes que se me ocurren para vivir mejor, y para reconstruir nuestro vínculo con la naturaleza.
Aquí van estas dos lecturas. ¿Qué otro libro se te ocurre que podría servirnos para pensar este tema tan importante?
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