Te damos algunas razones para no perderte la obra maestra de Herman Melville.
Ayer celebramos el aniversario de Herman Melville, uno de los escritores norteamericanos más interesantes de su generación. Su obra maestra Moby Dick continúa siendo una de las grandes lecturas de la literatura universal.
En este artículo te damos algunas razones para leer esta novela y disfrutar del buen hacer de este escritor.
Vida y obra de Herman Melville
Herman Melville fue un novelista, poeta y cuentista norteamericano que nació el 1 de agosto de 1819 en Nueva York, en el seno de una familia de clase media que gozó de cierta prosperidad durante un tiempo pero después experimentó dificultades financieras. Esta inestabilidad económica fue sumamente significativa para el escritor, que vivió siempre asustado por sus finanzas. Cabe mencionar que su padre cayó en bancarrota y este problema lo llevó a sufrir un infarto. Herman tenía 12 años y toda la familia se encontré en una situación económica y afectiva totalmente precaria.
La muerte de su padre provocó entre otras cosas que Herman dejara la escuela para empezar a trabajar y colaborar con la economía familia. Trabajó en diversos empleos como empleado de oficinas y también dando clases. Pero su cabeza siempre estaba en otro sitio: quería vivir aventuras y su pasión por la vida marina le servirían de impulso para hacerse a la mar cuando tenía 20 años. Era el año 1839, Melville se embarcaba en el buque mercante St. Lawrence y comenzaba su carrera marítima.
De este buque pasó al ballenero Acushnet en 1841, una experiencia que influiría profundamente en su obra literaria, donde podemos rastrear la semilla de su gran novela Moby Dick. Sin embargo, su afán de aventura era todavía más poderosa y en determinado momento decidió bajarse del barco para quedarse en las Islas Marquesas, en el Pacífico Sur, y compartir su vida con los nativos. Esta experiencia se ve reflejada en su primer libro, Typee, que se publicó en 1846.
Aunque los primeros libros de Herman Melville fueron significativos y le dieron cierta notoriedad, cuando publicó Moby Dick fue cuando realmente consiguió el prestigio que hoy le conocemos. Curiosamente, en sus inicios no fue bien recibida por la crítica ni el público, pero poco a poco iría ganando el lugar que le corresponde en la literatura universal. De esta novela se destaca su complejidad, la intensidad simbólica y la profundidad de los personajes y sus universos íntimos.
Después de su gran novela Melville continuó escribiendo, pero sus obras no lograron el mismo éxito. La mayoría no contaron con el apoyo de la crítica y lo llevaron a una situación de precariedad económica. Entre ellas podemos señalar Pierre, Israel Potter y The Confidence Man; hay quienes dicen que Melville no pudo superar su gran obra y que, pese a que lo que escribió después merecía ser atendido las altas expectativas que acompañaban su nombre terminaron por hundir su obra.
Herman Melville falleció el 28 de septiembre de 1891, casi olvidado por el público literario. Sin embargo, a principios del siglo XX, su obra fue redescubierta y revalorizada. Hoy, Herman Melville es considerado uno de los escritores más importantes de la literatura estadounidense, y Moby Dick es estudiada y celebrada en todo el mundo.
3 razones para leer Moby Dick
Aunque muchos describan Moby Dick como una novela de aventuras que trata acerca de la caza de una ballena, esta descripción se queda muy corta. Es una historia alucinante que toca temas como la supervivencia, la identidad y las obsesiones, y lo hace de una forma magnífica. A continuación te doy tres razones por las que creo que Moby Dick es una novela que debes leer.
1. Su carga simbólica
Moby Dick es una novela con una tremenda carga simbólica. Puede leerse como una alegoría del mal y también como una exploración absoluta de ciertas cuestiones filosóficas, metafísicas y existenciales que a todos nos atraviesan. A través de los personajes y sus interacciones, Melville examina temas como la obsesión, el destino, la naturaleza del mal y la lucha del ser humano contra fuerzas incomprensibles. La carga simbólica de esta novela es tremenda, sobre todo si tenemos en cuenta que, en cierta medida, es una novela juvenil.
2. Sus personajes inolvidables
La novela presenta un elenco de personajes inolvidables, cada uno con su propia profundidad y complejidad. Sería difícil no mencionar al capitán Ahab, que con su monomanía vengativa contra Moby Dick podría ser uno de los más emblemáticos de la literatura. Por otro lado tenemos al narrador, Ishmael, quien ofrece una perspectiva más reflexiva y filosófica, proporcionando equilibrio y contexto a la historia. Pero ninguno de los demás personajes pasa desapercibido; la diversidad de la tripulación del Pequod es fascinante y gracias a este gran abanico de personalidades consigue Melville explorar diferentes aspectos del comportamiento humano.
3. Su estilo inconfundible
Herman Melville tiene un estilo narrativo incomparable. Su obra presentó una manera de contar innovadora y supuso un cambio en la forma de percibir la narrativa en aquel momento. Entre los aspectos más destacables podríamos señalar la variedad de estilos narrativos que se combinan en la misma narración y la mezcla incluso de un tono narrativo con uno más ensayístico que combinados hacen de esta obra uno de los grandes monumentos de la literatura universal. Si a esto le sumamos su estructura no convencional, podríamos decir que tenemos una obra maestra de experimentación literaria que por momentos roza las sensaciones de las grandes obras épicas de la literatura.
Leer Moby Dick ofrece una experiencia literaria que trasciende el simple entretenimiento, proporcionando una inmersión en una obra que sigue siendo relevante y fascinante más de un siglo después de su publicación. Nadie que entre en la gran novela de Herman Melville sale de la misma manera que ha entrado.
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