Cuando llegan estos meses de agobiantes temperaturas los libros siguen siendo un buen refugio. Pensando en ello te traigo algunas propuestas refrescantes: libros que hablan del mar, de la dulzura del verano y que renuevan la memoria del pasado. Sin duda, el verano ya no tiene la buena publicidad del pasado, y quizá le vendría bien una mínima defensa (teniendo en cuenta que las terribles consecuencias de las temperaturas no tienen que ver con la estación sino con nuestro comportamiento irresponsable respecto a la naturaleza). Vamos allá con cinco libros que pueden ayudarnos a disfrutar del verano.
Nuevas cartas náuticas, de Adalber Salas Hernández (Pre-textos)
En primer lugar te voy a hablar de este poemario de Adalber Salas Hernández, Nuevas cartas náuticas (Pre-textos). Es un viaje apasionante sobre la historia de la civilización y su relación con el mar. Atravesando algunos hitos de las mitologías clásicas, apoyándose en bitácoras de viajeros intrépidos y en documentos de diversas épocas, Salas Hernández construye un poemario fascinante, intenso e inolvidable.
Es muy destacable su estilo que combina un registro que va de lo narrativo a lo lírico, dándole un especial lugar al mundo de lo sensible y de lo onírico, en combinación con elementos tradicionales. Una lectura ideal para cualquier amante del mar, la historia y la poesía, ya que ofrece una combinación increíble de estos tres elementos mágicos.
Guía de pasos perdidos de Javier Vela (Páginas de Espuma)
Lo refrescante de este libro comienza con su imagen de cubierta: un hombre nadando en un agua turquesa y arremolinada. ¡Qué no daríamos hoy por ser ese tipo! ¿No? Pero no es lo único. Encontramos en Guía de pasos perdidos (Páginas de Espuma) once historias en las que Vela explora preguntas sobre la identidad y su relación con la herencia, a través de un conjunto de personajes que se sienten aparte del mundo del que supuestamente participan.
Una lectura ideal para estos días de indagación interior que nos ofrece el verano.
«Lengua ajena», de Julia Redón Abrahamson
El primer libro que cae en mis manos de Julia Redón Abrahamson es de una belleza conmovedora. «Lengua ajena» (De Conatus) es una novela íntima con una forma que me interesa especialmente: los capítulos pueden leerse como cuentos, pero entre todos ellos hay personajes comunes y un hilo conductor fácilmente diferenciable. Es un libro asombroso que nos propone una pregunta sobre la identidad y su vínculo con el lenguaje.
A través de su experiencia como extranjera, la protagonista explora los silencios familiares y va tratando de entender el fondo de la soledad que produce la extrañeza, que siempre está en la infancia. Es un libro lírico, bello y sumamente intenso. El discurso se apoya en frases cortas pero contundentes. Una lectura fascinante que te propongo para este verano.
«Tierra fresca de su tumba», de Giovanna Rivero (Candaya)
Este libro muy fresco no es. Da mucha sed, de venganza, de tiempo, de posibilidades. Sin embargo, el estilo de Rivero sí que es una bocanada de aire fresco. En este libro encontramos un conjunto de historias donde la violencia es una herida hereditaria y va mermando las esperanzas de los personajes. A través de un estilo cercano y punzante, Rivero consigue que nos sumerjamos en esos espacios y que vivamos de cerca el pulso íntimo de las protagonistas.
Al mismo tiempo nos ofrece un espacio de reflexión sobre la forma en que la violencia va limando nuestro ánimo y censurando nuestro deseo hasta convertirnos en una sombra apenas de lo que fuimos o deseábamos ser. Un libro fascinante, oscuro a la vez que luminoso: con esa especial locura que provoca cierta narrativa latinoamericana.
«Ustedes brillan en lo oscuro», de Liliana Colanzi (Páginas de Espuma)
Y vamos a terminar con otro libro de terror latinoamericano que es tan luminoso como tétrico. Ustedes brillan en lo oscuro es el cuentario con el que Liliana Colanzi ganó el VII Premio Ribera del Duero que publica Páginas de Espuma. En cuanto entramos en este universo nos sacude el lenguaje cercano que desemboca en cierto lirismo pictórico. Los cuentos de Colanzi se construyen con fragmentos de escenarios, paisajes y territorio íntimo que se trenzan para invitarnos a mirar de otro modo la realidad.
A mitad de camino entre lo real y lo onírico, estos cuentos se estrellan en nosotros de una forma rotunda y espero que te acompañen como me van a acompañar a mí por mucho tiempo más.
Ahora sí, ¡ya tienes 5 lecturas para amenizar el calor infernal de este verano! ¡Disfruta de la lectura!
Debes estar registrad@ para poder comentar. Inicia sesión o Regístrate.