Al hablar utilizamos palabras que se encuentran enlazadas con un símbolo y un significado. ¿Cuánto sabemos de lo que se esconde detrás de ellas? En este artículo haremos una brevísima introducción a la semántica; la disciplina que estudia el complejo funcionamiento del lenguaje y las relaciones que se establecen entre los símbolos lingüísticos y los significados de los vocablos.
El significado de las palabras
En griego semántica es un término que permite hablar de algo que tiene significado. Es decir, que contiene un sentido para una determinada representación simbólica.
Ya sea que utilicemos un medio formal (la escritura) o natural (el habla) para expresarnos, estamos valiéndonos de símbolos que tienen una correspondencia con las cosas que nos rodean (del universo real o abstracto). Esto significa que utilizamos un código que compartimos con el resto de las personas, el cual sirve para conseguir una expresividad clara, facilitando la comunicación entre individuos.
La semántica se encarga de estudiar la relación que se establece entre esos símbolos y el significado que expresan; el cual se encuentra íntimamente ligado a las posibles combinaciones que pueden establecerse entre ellos. Y, dependiendo del punto de vista con el que se intente estudiar el sistema de símbolos, pueden establecerse subdivisiones dentro de la misma disciplina. Ellas son:
- Semántica Lingüística: se encarga de estudiar la forma en la que se codifican los mensajes; elaborando relaciones entre los signos y símbolos lingüísticos y el significado que existe entre ellos.
- Semántica Lógica: analiza la conexión que existe entre los signos lingüísticos y la realidad; es decir, la relación posible entre un objeto y el signo lingüístico que lo define. Para ello utiliza como parámetros una serie de principios
- Semántica Cognitiva: se encarga de analizar las razones por las que se hace necesaria la comunicación; estudiando a fondo el engranaje que se pone en marcha en el cerebro tanto del hablante como del oyente, a lo largo del proceso comunicativo.
Como no podía ser de otro modo, fue la lingüística la disciplina que dio nombre y cabida al concepto de semántica. Encarándola como una herramienta imprescindible para la comprensión del lenguaje y de todo lo que conlleva la comunicación; desde los elementos prácticos y objetivos hasta las entidades abstractas que se proyectan en este proceso.
En primera instancia este concepto sirvió para darle nombre al estudio del significado de las palabras en el lenguaje. Posteriormente fue diversificándose, hasta alcanzar aspectos no solo prácticos sino también psicológicos y sociales, permitiendo acercarse a un mayor entendimiento del complejísimo organismo que es el lenguaje.
Sintaxis y Pragmática
Para que la semántica lingüística sea posible es necesario que se tomen en cuenta dos elementos fundamentales: la sintaxis y la pragmática.
La sintaxis se encarga de estudiar las reglas y los principios que deben seguirse para construir expresiones estructuralmente correctas; la semántica atribuye a esa estructura un significado valiéndose de los aspectos lingüísticos que se escapan a lo real y otorgándole a las palabras el significado que tienen en un contexto sociocultural específico.
Por su parte, la pragmática es la que sirve para estudiar a fondo el contexto que rodea a los que establecen la comunicación; analizando las circunstancias sociales y decidiendo la interpretación más adecuada para una frase. Permite entender el verdadero significado de una frase, más allá de lo que literalmente significa. Esto permite comprender los matices que imprime la ironía o el humor en un determinado mensaje. Gracias a la pragmática se puede establecer un número finito de interpretaciones ante un mensaje, evitando las ambigüedades y buscando arribar al sentido más correcto que quiso abordar el hablante.
Relaciones Semánticas entre las Palabras
Hablar de las relaciones semánticas entre las palabras es referirse a las conexiones que se establecen entre ellas y sus respectivos significados. Existen distintas formas de denominar dichas relaciones, de acuerdo al objetivo que tengan.
- Hiponimia
Para explicar este concepto es necesario establecer con antelación el significado de dos conceptos: hiperónimo e hipónimo. El primero es un concepto de significado amplio que incluye en su haber un numeroso conjunto de otros términos; un hipónimo por su parte es el concepto mínimo, es decir cada uno de esos otros significados incluidos en el hiperónimo. Mamífero es un hiperónimo, y son hipónimos del mismo: perro, orca, caballo, etc. Es decir que cada uno de estos se encuentran incluidos semánticamente en la palabra mamífero.
La hiponimia es esa relación que se establece entre la mínima y la máxima expresión de un concepto. Permite conocer más acerca del hipónimo conocer su hiperónimo.
A su vez, dentro de la hiponimia pueden distinguirse dos tipos de relaciones: de inclusión (una palabra incluye a muchas otras sin orden de jerarquía entre ellas. Por ejemplo: cóndor, gallina, jilguero en Aves) o lineales (existen relaciones de sucesión entre los conceptos incluidos semánticamente dentro de otro. Por ejemplo: Enero, Febrero, Marzo dentro de Meses).
- Sinonimia
Esta relación implica que exista cierta semejanza en el significado de un vocablo y otro. Es la relación semántica que se establece entre dos palabras que son parecidas o iguales, es decir que son sinónimos entre sí.
Existen diversos tipos de sinonimia: conceptual (dos términos cuyos significados denotativos son totalmente coincidentes), connotativa (la similitud es connotativa, aunque los conceptos no se encuentren relacionados en un sentido denotativo) o contextual (la sinonimia se establece teniendo en cuenta el contexto).
- Polisemia
Algunas palabras o signos lingüísticos poseen más de un significado. Por ejemplo el vocablo café puede referirse a la bebida o al color.
A su vez la polisemia permite entender la pluralidad de un mensaje, donde sus signos tienen una independencia particular, que se encuentra íntimamente ligada a lo que el hablante quiso expresar.
Podemos poner como ejemplo: cuando alguien dice «te voy a sacar la mugre», puede expresar una amenaza al oyente antes de golpearlo o bien puede expresarle que va a limpiarlo (una madre a su hijo, por ejemplo).
La coherencia en el lenguaje
Si analizamos el contexto en el que las palabras se dicen, podemos comprender el significado de las mismas. La polisemia se encuentra presente constantemente en el lenguaje, y tenemos que hacer uso del análisis para comprender el verdadero significado de los mensajes. Cabe mencionar que es uno de los mecanismos más eficaces de la economía lingüística, ya que permite expresar muchos significados en un único significante.
En el habla, las palabras no se presentan de forma aislada, sino íntimamente relacionadas entre sí; esta fluidez que permite la conexión entre términos es lo que da coherencia al lenguaje y permite la correcta comunicación. Las relaciones semánticas entre las palabras son necesarias para poder encontrar la razón por la que el hablante ha escogido un término y no otro y llegar a comprender el sentido de sus palabras.
Comentarios6
Excelente artículo.
¡Muchas gracias, Rilke! 🙂 Saludos
Qué hermoso artículo que nos regalan!!!!!!! Hay que aprovecharlo en todos los espacios posibles porque tiene un valor enorme para aprender a escribir mejor!!!! Mil gracias. Lo he leido atentamente y me ha parecido muy valioso el contenido.
¡Muchísimas gracias, Elsy! Espero que realmente sean de ayuda estos mínimos artículos. Gracias por leerme siempre. Un abrazo.
Intentaré estudiar más la semántica, y así, darle una mayor coherencia a mi lenguaje. 😉
Intensa lección.
¡A que sí! Supongo que a veces romperse un poco con teoría y lecciones "abrumadoras" puede ser una de las mejores formas de encontrar las palabras para decir lo que queremos. ¿No?
Un abrazote y mil gracias por comentar! 🙂
Me encanta éste sitio!. Muchas gracias Tes por que siempre es un placer crecer con tu gran ayuda.
Un abrazo enorme.
JP
¡Qué lindas palabras! Un abrazo para ti también y muchas gracias.
¡Huy! este artículo, son palabras mayores para mí. Felicidades por el escrito.
¡Muchísimas gracias, Susan! Hablar sobre teoría es fácil lo difícil es llevarla a la práctica, ¿no te parece? 😉
Un beso grande.
Gracias por recordarnos lo estudiado; a veces lo olvidamos! Este Artículo es de gran valor para quienes de verdad nos preocupamos por una correcta comunicación! Un fuerte abrazo
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