Guadalupe Nettel nació en Ciudad de México en 1973 y es autora de tres libros de cuentos: Juegos de artificio, Les jours fossiles y Pétalos y otras historias incómodas y dos novelas: «El huésped», con la cual ha resultado finalista del Premio Herralde, y «El cuerpo en que nací». Sus obras han sido traducidos al francés, inglés, holandés, eslovaco, alemán y sueco, entre otros idiomas y la han coronado con prestigios premios.
Nettel es una apasionada lectora de Julio Cortázar, de quien ha escrito ensayos para ayudar a conocer mejor su prosa. En sus cuentos, sobre todo, puede el lector encontrarse con esa realidad paralela presente en la literatura de ese autor, con esos mundos irrisorios que complementan ese en el que vivimos.
Un estilo limpio y fresco
El estilo de Nettel es directo, sin dejarse llevar por la parafernalia que parece marcar el hilo a seguir por los escritores actuales. Sin estructuras que la limiten; parece escribir y liberarse, al menos esa es la sensación que me viene al leerle.
Nettel llegó a mí a través de uno de sus relatos «La vida en otro lugar», me pareció una historia tan ingeniosa, tan posible si la miraba con buenos ojos y a la vez tan entrañable que quise seguir leyéndola. Creo que nadie que aprecie la literatura realista con ese toque de desquicie que nos caracteriza a todos los seres humanos, debería perdérsela.
En ese relato una pareja intentaba alquilar un departamento, iban a verlo, a él le gustaba, pero cuando decían que lo tomarían ya se encontraba alquilado.
A partir de entonces el hombre intentaba acercarse a esa que debía haber sido su casay vivir a través de las vidas que allí se desarrollaban…
Muy bien, no cuento más, ¡vale la pena que lo lean, de verdad! Es una prueba más que la vida está llena de cosas que pueden parecer coincidencias sin serlo y que el desdoblamiento rige el curso de los hechos en nuestro mundo.
La forma en la que Nettel se expresa, te penetra porque detrás de la sencillez de sus palabras hay agudas reflexiones, que puedes atender o no, pero que están ahí, aguardando por los lectores ávidos de razonamientos, para tocarlos y motivar sus engranajes. Para que comiencen a resolver esas intrigas que parecen ocupar la mente de esta fantástica autora mexicana.
Nettel y su infancia
A veces para poder aceptar el pasado y reconciliarse con él hace falta escribir, reprochar, gritar, en fin desembolsar todo eso que llevamos guardado como en una caja hermética.
Guadalupe Nettel se reconcilia con su pasado en su obra «El cuerpo en que nací». Una obra inspirada en su infancia, pero se halla un poco encubierta, sin dejar de ser una obra autobiográfica.
Se muestra a una niña que tiene una visión distinta a su entorno, no sólo por tener un ojo desviado, sino también por la forma en la que entiende cada situación propia y ajena. Los temas que se tocan son el matrimonio, la educación, los hippies, la libertad sexual, entre otros.
Asegura que esta obra surgió porque al nacer su primer hijo una revista le pidió que escribiera una nota autobiográfica, y entonces empezó a recordar y escribir, y cuanto más escribía más recuerdos acudían a su memoria y no podía detenerlo.
Y surgió esa obra, entre el drama y la comicidad, que deja percibir el precioso sentido del humor de la autora y permite acercarse a esa infancia, y en ella, como ocurre siempre con todas estas obras, a la de cada uno.
El desdoblamiento en Nettel
Cuando publicó «El huésped», la autora expresó que siempre había llamado mucho su atención esa necesidad humana de construirnos máscaras por miedo o terror de descubrir quiénes somos en realidad. La vida que contamos no es exactamente de nosotros mismos, sino de aquello que queremos que los demas conozcan, de esa idea surgió esta novela para
Al escribir esta obra Nettel miró a su alrededor y descubrió que todo en la vida se basa en el desdoblamiento, no sólo las personas hacemos uso de ella para colocarnos caretas, también lo hacen los animales al convertirse en huéspedes de tantas casas, y nuestro cuerpo al regenerar sus propias células cada siete años.
En esta obra se plantea la presencia de un ser que entra para apoderarse de la vida de otro, para usurparla y la protagonista lleva el nombre de Ana, que en árabe significa YO, lo cual vuelve la historia mucho más contundente. Es una novela donde te mantienes en duda casi por completo, sin saber exactamente quién es el intruso y quien el que ha sufrido el usurpe.
Cómicamente, el día de la presentación de esta obra Nettel conoció a Gastón, su actual pareja, pensó que se trataba de un encuentro casual y fugaz, sin embargo no fue así. Se le ocurrió investigar el origen del nombre y descubrió que proviene del germánico Gast, del cual surge la palabra guest, que significa invitado. ¿Coincidencias o pruebas contundentes de que el desdoblamiento nos rodea?
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