En los últimos meses algunas declaraciones hechas por el brasileño Paulo Coelho dejaron en evidencia su escasísimo respeto por la verdadera literatura. Primero aseguró que el «Ulises» de Joyce era una historia que podía entrar en un tweet y, no contento con eso, meses más tarde (en la presentación de su último libro) agregó que dicha obra le había hecho mucho mal a la literatura.
Parece que Coelho no se ha puesto a meditar en lo que él ha provocado, con sus publicaciones en masa, en las letras. En fin; en este artículo hablaremos sobre James Joyce y esta incuestionable obra que, seguramente, a Coelho le habría gustado escribir… y todos sabemos por qué no ha podido hacerlo.
Sobre James Joyce
Joyce nació en el seno de una familia de profundas raíces católicas, en Dublín (Irlanda) en 1882. Se crió en un ambiente estrictamente religioso que lo llevó a adquirir un carácter metódico y riguroso que se vio reflejado en sus obras.
Pese al conservadurismo de su familia y su educación, James se opuso rotundamente a las ideas nacionalistas relacionadas con la búsqueda de la identidad irlandesa y el deseo de recuperar la tradición lingüística de esta tierra. Esto lo llevó a decantarse por el inglés, su lengua materna, en lugar del gaélico a la que consideraba artificial y vana.
Se dedicó a escribir poesía y relatos; viviendo en diversas ciudades europeas como París, Londres y Zurich entre otras. Entre sus obras se destacan «Retrato del artista adolescente» y «Ulises».
Con esta última se consagró absolutamente como un genio de la literatura e inauguró el comienzo del modernismo en la literatura anglosajona. Vale destacar que muchos especialistas, no sólo consideran que es la mejor obra de esta época sino lo máximo que se haya escrito hasta ahora en lengua inglesa.
A ésta le siguieron algunas pocas obras, sin embargo, ninguna alcanzó la popularidad de la anterior.
Finalmente, James falleció en Zurich donde entonces residía, el 13 de enero de 1941; cuando ya se había desatado la segunda guerra mundial y él se encontraba completamente ciego.
Se considera que toda su obra hace referencia a su tierra aunque siempre mantuvo una relación absolutamente conflictiva y contradictoria con su terruño.
Las innovaciones que operó en las letras anglosajones son innegables, por ejemplo la plasmación de las reflexiones del protagonista en medio de la narración, el flujo de conciencia, y la forma en la integra el lenguaje coloquial para desdoblarlo con el literario.
Autores como William Faulkner lo admiraban profundamente y a él le deben ciertos aprendizajes, que pudieron ayudarlos a presentar obras que pasaron a la historia.
Ulises, novela precursora del modernismo anglosajón
Seguramente «Ulises» es la obra máxima de James Joyce, con la que consiguió trascender a su tiempo y su lengua. Esta novela de tipo experimental se considera la precursora indeleble del modernismo anglosajón y la mejor obra que se haya escrito en inglés de todos los tiempos.
Las características más importantes a destacar de ella son: la ambigüedad del estilo, una fusión de diversas técnicas literarias que permiten darle a la obra un toque único e impresionante; el uso del flujo de conciencia, entremezclado por momento con un lenguaje periodístico y por otros imitando el que aparecía en los catecismos. Todo esto hizo de Ulises no sólo una obra extravagante y necesaria sino, y sobre todo, una novela única, que jamás se había escrito y que nunca podría repetirse.
En ella se narran veinticuatro horas en la vida de Ulises, una inversión irónica del Ulises de Homero, en la que el protagonista busca la forma de no volver a casa porque sabe que su mujer lo está engañando y no puede aceptarlo, de este modo consigue negar la realidad.
Se trata de una parodia de aquella historia de Homero que sirve para contar exactamente lo opuesto. Y Joyce lo hace a partir de un lenguaje diferente, similar al de las imágenes tomadas con una cámara de fotos, llegando al exterior de los personajes, partiendo del interior, de ese interior que se manifiesta a través de las reflexiones. Un ida y vuelta del corazón del hombre al corazón del mundo.
Novela polifónica
Podríamos decir que se trata de un libro polifónico, con una gran cantidad de matices y que podría contener a varias historias en una. La escritora inglesa Virginia Woolf no consideraba que esta novela fuera tan buena como decían, sin embargo declaraba que Joyce había sabido hacerlo mejor que ella. Expresaba:
Analizada desde el punto de vista de la sociedad victoriana, podríamos decir que Joyce anunció la desestructuración de la familia; la cual vendría con la llegada del neoliberalismo y traería como consecuencia la ruptura total de los estigmas de la unión del matrimonio.
Pese a que muchas personas aseguran no haberla concluido (por sentirse completamente aturdidos por el gran flujo de información y el torbellino de palabras, que por momentos resultan inconexas) y a lo que afirman otras tantas de que es un libro para personas inteligentes, creo que es necesario darle la oportunidad sin dejarse guiar por ciertas frases hechas, que vienen repitiéndose desde hace decenas de años y que no creo que sean del todo acertadas.
Si no la has leído, te la recomiendo. A lo mejor no te arrepientes o a lo mejor terminas diciendo lo mismo que el productor de libros de autoayuda.
Comentarios4
Actualmente la leo, al principio era como una voràgine de sucesos, no la comprendia, entendì la forma de narrar, es como un video al aire, impresiona como logra conectar, ver, pensar, narrar lo que ve en su momento. Algo pesada, te hace razonar mucho para comprender.
Gracias por este comentario.
No sólo Faulkner admiraba el Ulises de Joyce, sino también Borges, Sábato, Ezra Pound (el descubridor y mentor de su obra) T.S. Eliot, Henry Miller, Roberto Bolaño, Carlos Fuentes, Octavio Paz, entre tantos otros grandes autores del siglo XX. La lista es larga. Es como comparar una película de Almodovar (caricatura de Fassbinder) con una película de Ingmar Bergman, Robert Bresson, Karl Dreyer, Fellini, Kurosawa o Vladimir Tarkovski. Estamos hablando de otra dimensión. Los lectores habituales de Coelho y Co. no leen a Joyce, también porque, como dijo Bolaño, la riqueza léxica de vocabulario de Coelho es pobre. Joyce encontró el idioma inglés insuficiente para expresar sus pensamientos y sus experiencias de la vida y tuvo que innovar el idioma. Harold Bloom llegó a la conclusión que la mejor poesía del siglo XX se hizo en prosa: el Ulises de Joyce y Bolaño aseguraba que allí está contenida La Tierra Baldía de T. S. Eliot. Joyce está en el Olimpo de los Escritores junto a Homero, Cervantes, Shakespeare, Borges, Faulkner, Kafka, Allan Poe, Dostoievski, entre otros. Coelho es una pulga a la par de Joyce y sólo escribe para entretener y vender libros. Casualmente, Borges se rindió antes el Ulises. Hay que continuar leyéndolo, porque allí está el universo fragmentado del siglo XX, escrito con una intensidad jamás igualada por ningún otro escritor. En el 2005 me atreví a presentarlo al público de Nicaragua. http://archivo.laprensa.com.ni/archivo/2005/mayo/21/literaria/ensayos/
El escritor Brasilero, P,C. no sólo copió dos títulos de Borges, ( El Zahir y El Aleph) Sino que ahora busca ser crítico y provocador pero se olvida que no tiene la erudición del Maestro Borges, ni su talento.
No es raro la opinión de Coelho, no maneja criterios propios, copia y disfraza a otros autores, título y demás, es un oportunista con seguidores que no han incursionado en la verdadera literatura.
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