En repetidas ocasiones se ha hablado de la locura del Quijote, pero nunca está de más refrescar ciertas cuestiones sobre este tema.
Alonso Quijano es un hombre cuya vida es bastante normal, hasta que decide abocarse a la lectura de novelas de caballería y cae en un estado de fascinación tal que le resulta muy dificil no sentir la propia vida como una nueva aventura de caballeros y espadachines. Por esta razón, se inventa un nombre, Don Quijote, una enamorada, la tal Dulcinea del Toboso, y junto a su escudero, Sancho Panza, emprende el camino con el objetivo de cambiar el mundo.
La novela de Miguel de Cervantes muestra a un protagonista bonachón pero ciertamente enloquecido, incapaz de analizar la vida con los ojos de la razón, según lo expresara su fiel compañero, Sancho Panza: «era un pobre caballero encantado, que no había hecho mal a nadie en todos los días de su vida.»
La locura del Quijote, por demás conocida en las regiones que peregrina, lo convierten en un personaje del que todos se rien y en este punto, intuyo que Cervantes intenta hacer una reflexión acerca de la crueldad del ser humano, que siempre tiende a reírse del que se encuentra más desamparado. Don Quijote no tenía maldad, estaba loco: loco de amor, ansioso de cambiar el mundo… mientras este mundo sólo se mofaba de su utopía y de sus ánimos por ser noble y recto.
Para Cervantes impregnar de locura la personalidad de su personaje puede tener varias lecturas, entre ellas, la de poder expresar líbremente lo que piensa, a través de un ser desequilibrado, al que posiblemente no se tomará en serio, atreviéndose a criticar aquello que, en otro contexto se le habría censurado.
Pero la locura de este entrañable personaje un día termina, cuando regresa de sus aventuras, desiste de todas las historias caballerescas y decide convertirse en pastor. Pero así como la locura desaparece, también lo hace la vida, lentamente se va enfermando, hasta que finalmente muere. Pueden hacerse varias interpretaciones de este hecho, personalmente me inclino por una: creo que la locura es lo que salva al Quijote de la tristeza, la inconsciencia que trae el desquicie produce conformismo, por eso al recuperar su sano juicio, se ve invadido por una carga muy profunda de desolación, tristeza y melancolía, y tan profunda es que lo lleva a la muerte.
Las aventuras de Don Quijote no colaboran para contradecir su demencia, su enfrentamiento a los molinos de viento creyéndolos gigantes, o contra el rebaño de ovejas que afirma que se trata de un ejército, no hacen más que corroborar el mal estado de la mente de el protagonista.
Alonso Quijano ¿es verdaderamente Don Quijote? Siempre he creído que sí, sin embargo me atrevo a dudar de ello, tal vez en verdad el día que Alonso creó a ese caballero armado, con todo lo que un caballero debe contar (su personalidad, su pasión, su amor, su armadura), ese hombre que él era haya muerto, o se haya quedado dormido, pues el Hidalgo no se parecía en nada a quien era él.
Creó a un hombre apasionado, luchador acérrimo hasta las últimas consecuencias y deseoso de cambiar el mundo, todas las cualidades propias de un loco, de alguien que no tiene miedo de nada y que se atreve a vivir de forma completamente inversa a la planteada por la sociedad. Sin embargo, cuando finalmente Quijote vuelve a la casa, es Alonso el que regresa por eso recupera la cordura. Don Quijote deja de existir, y al morir ese ser que le permitiera a Alonso vivir intensamente, se le van los deseos de vivir, por eso, muere.
Muere Alonso porque lo hace Don Quijote, lo cual prueba que posiblemente haber creado a ese personaje fue lo que le permitió permanecer vivo hasta ese momento, Si se establece un paralelismo entre este Alonso y Miguel de Cervantes, puede comprenderse que su pasión por la literatura era tan profunda que la creía suficiente motor para querer permanecer con vida, no necesitaba más que eso, así como a Alonso le bastaba la fantasía y la locura de ese caballero.
Sin embargo, en la obra magna de Cervantes no es el Quijote el único mentecato; Sancho también está, ciertamente, loco siendo que acepta los razonamientos confusos de su amigo como insólitas verdades. No se habla de la locura de Sancho sino de su fidelidad para con su señor; sin embargo, ¿acaso no es signo de locura una fidelidad extrema, al punto de arriesgarlo todo por las ingeniosas ideas de Don Quijote?
Cabe aclarar que es el mismo Sancho quien insta a Don Quijote a que regrese a las andanzas, él que en más de una ocasión afirmó que estaba loco, completamente desquiciado, le suplica que no abandone su camino. Esto me lleva a pensar en algo, en que aquel hombretón, cascarrabias por momentos y fiel hasta el hermetismo, estaba convencido que la locura era la forma más sensata de conseguir la felicidad, que sólo una vida vivida con pasión y sin temor de nada vale realmente la pena ser vivida.
Sancho no se convencía de las cosas que decía su Señor pero tenía tal ansia de felicidad que no le importaba pasar por un loco si podía repetir las fantásticas aventuras al lado de su Señor. Sancho estaba enamorado de su Señor y, aunque permanecer a su lado podía ser la cosa más descabellada que pudiera existir, en el mundo de fantasía todo era posible; por lo cual, si permanecían unidos en la locura, podía alcanzar la dicha que tanto anhelaba y huir de la vida monótona y rutinaria que tenía antes de conocer al Quijote.
Comentarios3
ME HA ENCANTADO VOLVER A RECORDAR PARTE DE ESA EXTRAORDINARIA HISTORIA SOBRE EL HOMBRE DE LA MANCHA, SIN MANCHA,
EL QUIJOTE Y SANCHO SON PARTE IMPORTANTE DE LA LITERATURA DEL MUNDO... MIGUEL DE CERVANTES Y SAAVEDRA CON SU CREACIÓN QUEDO EN LOS ANALES DE LA HISTORIA PARA SIEMPRE.
GRACIAS A TÉXIL GARDEY POR REGALARNOS ESTOS RECUERDOS.
Excelente entrega, gracias por compartiral. Muy interesante.
Rafael Merida.
YO QUISIERA QUE DON QUIJOTE VOLVIERA A CABALGAR DE NUEVO, ESTE MUNDO LOCO Y DESQUICIADO LO NECESITA
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