Raúl González Tuñón fue un poeta argentino nacido en 1905 que ha servido de modelo y guía para muchos poetas posteriores, algunos de los cuales son hoy en día importantes referentes de la literatura del Río de la Plata.
Los comienzos de Raúl fueron prestos, a la edad de 17 años ya publicaba sus poemas en las revistas Caras y Caretas y Proa y hacía colaboraciones asiduas en Martín Fierro y en los diarios Clarín y Crítica. Entre sus obras más conocidas se encuentran: «El violín del diablo», «La cale del agujero en la media» y «La rosa blindada». Murió en 1974 en Buenos Aires.
Es calificado como un poeta cuya poesía por un lado es intimista y por el otro social, revolucionaria e internacional. Sus poesías, impregnadas de las cosas cotidianas de la Argentina de su tiempo, se han fijado en las mentes de sus compatriotas y es raro que los verdaderos amantes de la poesía desconozcan la existencia de este autor y algunas de sus frases célebres, incluso Borges se hizo eco en su voz mencionando versos escritos por Raúl en algunas de sus ficciones.
Su poesía además está muy cerca de la música, le da suma importancia a los sonidos, por esa razón probablemente el Cuarteto Cedrón quizo musicalizar algunos de sus poemas, como “La polka de la tarjeta de cartón” o “Milonga de la ganzúa”, que se han convertido en íconos de este grupo.
La pasión en Gonzalez Tuñón
En sus andanzas de poeta conoció de cerca a Jorge Luis Borges, Oliverio Girondo y Nicolás Olivari, quienes lo respetaban profundamente como poeta y como persona. Junto a ellos trabajó en la Revista Martín Fierro, perteneciente al grupo «Florida». Este grupo se contraponía al «Boedo», que realizaban un trabajo más social, denunciando injusticias y aportando a la lucha de una sociedad diferente; el primero se caracterizaba por innovar la poesía de la región con elementos traídos de afuera.
Pese a que Raúl compartía la ideología de «Boedo», sin embargo le interesaba probar con cosas nuevas y fusionar su técnica con la de otros poetas europeos, por eso se mantuvo alejado de ambos extremos. Cabe señalar que si bien en su obra se puede hallar mucho del surrealismo y el futurismo, Raúl consiguió marcar un estilo diferente, muy propio, el cual fue tomado como ejemplo por muchos de sus seguidores y marcó una línea poética en los poetas argentinos.
Raúl escribía de sí mismo en la publicación antológica «Exposición de la actual poesía argentina» que fue desarrollada por César Tiempo y Pedro Juan Vignale en 1927:
La influencia de Tuñón
No es en vano mencionar que poetas de la cualidad de César Vallejo, García Lorca y Robert Desnos, provenientes de tierras completamente diferentes los unos de los otros, fueron influenciados por el estilo y la ideología de Raúl.
Cabe también señalar que tanto como este poeta era apasionado en la escritura, lo era en la vida, por eso supo unirse a aquellas causas que consideraba valían la pena, optando por una postura, sensata a no, pero sin quedarse al márgen de lo que acontecía en el mundo. Incluso llegó a tener una inclinación durante la Guerra Civil española, optando por la línea republicana.
Octavio Paz dijo de Gonzáles Tuñón:
Según Raúl no se podía ser neutral, siempre había que tomar partido, y él lo hacía. Según quienes han estudiado a conciencia la obra de este poeta, en toda ella se pueden hallar dos características que resaltan: la bondad y la belleza, que suprimen todas las imperfecciones técnicas y los abusos en su estilo poético.
Viajero incansable
Posiblemente haya sido esa misma pasión la que lo llevara a viajar por muchos lugares del mundo, lo cual nutrió su poesía de nuevos estilos, colores, sonidos y formas. Según Beatríz Sarlo, su afición por la música, colaboró positivamente en las exploraciones de nuevos estilos y lo llevó a inmortalizarse en poemas únicos que pueden leerse o cantarse. Porque la poesía de Tuñón tiene eso, música, sonidos.
El poeta Juan Gelman cuenta que cuando comenzó tuvo la suerte de conocer a Tuñón, quien se mostró abierto a leer los originales de jóvenes como él y a dar una opinión delicada que pudiera ayudarlos a construir y mejorar su estilo. Según Gelma: «Raúl además de ser un gran poeta, era un hombre generoso»
«Es preciso que nos entendamos.
Yo hablo de algo seguro y de algo posible.
Seguro es que todos coman
y vivan dignamente
y es posible saber algún día
muchas cosas que hoy ignoramos.
Entonces, es necesario que esto cambie».
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