Alabanza del optimismo

Cuando mi abuela, que era maestra, se sentía nerviosa, iba a sentarse sobre una silla pequeña frente al corralón de las gallinas. Aquel cloqueo, aquel sonido tan característico de las aves cluecas que parecía entrar en la orilla del calor de las tardecitas veraniegas, la hacían sentirse bien, y entonces, emulando a las ponedoras, cantaba alguna canción aprendida en la adolescencia.

Algún tema romántico en particular.

Se sabe que estar cerca de un animal doméstico como los perros, por ejemplo, y gozar de su compañía, y sentir su buena energía, es un -verdadero- acto saludable.

Cuánta ternura suelen inspirar los cachorros con el movimiento de su cola y sus pretensiones de lamernos las mejillas y el cuello.

Si se quiere ser útil a la empresa para la cual se trabaja, y si se desea estar bien, vale decir, saludable y comunicativo con los demás miembros de la familia, hay que ir en busca de la salud. Pienso que en gran medida uno es artífice de su enfermedad o de su bienestar físico y anímico.

La enfermedad se relaciona con la vida sedentaria. Los movimientos tan limitados del cuerpo hacen posible, muchas veces, el brote de la hipertensión.

La hipertensión genera en el individuo que la padece un temor constante y un sentimiento de pánico en muchas ocasiones.

No hay por qué temer.

Las caminatas poseen un efecto de liberación y los médicos la recomiendan a todos los hipertensos así como a los que sufren de depresión o trastornos nerviosos.

Después de haber vivido ya bastante y de haber observado mucho mundo y de haber visto en sus formas más inesperadas la conducta humana, vengo a creer que hay gente que con su presencia afable, su espíritu solidario, su risa franca, cura a la gente enferma.

La compañía de personas que te cuentan chistes, que se interesan, realmente, por tu salud, da un nuevo y mejor sentido a tu vida.

Si usted, lector, quiere adquirir un hábito triste, y hasta alguna depresión, haga junta con aquellos individuos que solamente hablan de problemas, y de su prójimo, y de la humedad del ambiente, y de otros temas huecos y descalificados para una conversación entretenida.

La salud es un don precioso. Es el resultado matemático de la armonía física, anímica y espiritual.

Hay personas que viven presas del pánico y creen que todo está perdido antes de empezar. Una convicción absoluta de que Dios existe y sostiene a quienes creen en él, limpia la mente y el alma de extrañas y lúgubres ideas.

Ahora bien: Dios no hace acuerdos con la vida sedentaria, con los malos hábitos, con el alcohol, con los chismes; antes bien, Dios busca que cantes al amor, que te esfuerces, que tengas un modo disciplinado de vivir y de trabajar. Y que seas optimista.

Estas cosas que vengo a decir pueden ser tomadas por zonceras por muchos lectores.

Sin embargo, aquella persona que se siente triste, encontrará en mis palabras las mismas palabras que otras personas de buen corazón me dijeron cuando mi fe flaqueaba.

Es importarse levantarse con buen ánimo y encarar el día con entusiasmo, pues lo mejor está por venir, en tanto se ponga empeño y fuerza de voluntad en todo cuanto se hace.

Hoy puede ser un buen día. Y mañana también.

Comentarios2

  • Pruden

    Preciosas reflexiones y certeras. Universalmente comprobado que el buen ánimo, la esperanza y la ocupación sana de mente y cuerpo son el mejor pasaporte para una existencia aprovechable y hasta feliz! Todos debiéramos tener en cuenta estos consejos y predicarlos con el ejemplo como la autora de este reportaje. Un saludo y gracias por tus reflexiones.
    Pruden

  • Delfina Acosta

    Gracias Pruden por tus palabras.
    Un abrazo lleno de sentimientos positivos



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