Escribir sobre la extranjería cuando la construcción de la personalidad se ha visto modificada por el dolor, el rechazo y las dificultades de un mundo indiferente. Esa parece la idea a través de la cual se construye «El álbum de las rejas» de Omar Pimienta (Ediciones Liliputienses), un cuaderno-libro cuyos protagonistas son «deportados, refugiados, marcados por la piel de la memoria». «Escribir desde aquí» es el título con el que Pimienta se dio a conocer en España, ganador del Emilio Prados de Poesía hace seis años. Ambos libros comparten una cosa: surgen de los retazos que conserva la memoria de las vidas pasadas y, partiendo de fotogramas en escala de grises, ofrecen una poesía desgarradora y potente. De este modo, «El álbum de las rejas» se va armando con trozos-imágenes de un recuerdo contradictorio y fronterizo, de emociones extraviadas, y desde la certeza de que lo único que permanece es una pieza encalada donde se amontonan los recuerdos de infancia, de los que bebe el autor para mantenerse vivo.
La memoria colectiva en tierra de nadie
En «El álbum de las rejas», Pimienta nos presenta a una serie de personajes que habitan en su memoria pero que podrían coexistir (y lo hacen) en el recuerdo y el presente de miles de criaturas en carácter de itinerantes, en tierras de nadie, intentando sobrevivir a este salvaje mundo. En ese sentido es un libro que nos obliga a mirar el mundo que nos rodea y a posicionarnos ante las injusticias más sonadas de las últimas décadas.
Don Marcos, que ha entrado con documentación falsa (que no ilegal, porque siempre miró a la cara de los oficiales apostillados en el límite de la frontera) construyó una pieza, una herrería, a la que luego se le fueron agregando más habitaciones, juguetes, sueños, palabras. En ese espacio, Colonia Libertad, se construyó una nueva nación, diferente a la tierra de la que venían, siempre distinta al país de los dólares, y en ese patio fue creciendo esta poesía áspera, sincera y extrema que te pone los pelos de punta y te obliga a agachar la cabeza.
Hombres, mujeres, niños con una única certeza: la esperanza, que se lanzan al porvenir con lo puesto, con la ilusión de cambiar la historia pero conscientes de que la única forma de rearmarse es aceptando la extranjería de una forma absoluta y eterna.
La vida en Colonia Libertad
Un mundo rancio, lleno de escombros y de sufrimiento. Parece ser ésta la única constante entre el pasado y el futuro. Pimienta parte de ella y va entrelazando recuerdos lindos y de los otros. Una de las cosas más significativas es sin duda la forma en la que los recuerdos se van acomodando en la memoria, como se construyen las casas en la frontera (como celdas en la memoria), de a poco, a los golpes, apisonando el suelo y dejando una huella que no puede borrarse.
Hay en este libro muchísimo dolor e impotencia; podría ser incluso la muerte el hilo conductor de la poesía de Pimienta; y al decir muerte digo pérdida: las vidas posibles del otro lado de la frontera, los caminos que ya no podrás escoger porque eres otro, las personas que ya no estarán, los espacios vitales que se transforman con la extranjería.
Además, el dolor de la guerra se abre camino y con él las injusticias sufridas por haber nacido de un determinado lado de la frontera. Y aunque estos puedan resultar a simple vista elementos sencillos de atravesar para la literatura, el lenguaje utilizado por Pimienta, fragmentario y directo, nos permite llegar a otra dimensión y comprender la realidad desde una perspectiva más humana y auténtica.
La voz de Pimienta
A Omar Pimienta me lo recomendó Isabel Bono hace un par de años. Te va a encantar, me dijo. No se equivocó. Cuando lo leí quedé fascinada. Fue con «Escribir desde aquí» que le puse voz y aunque no pude descubrir qué era lo que me trastornaba tanto de su poesía lo ubiqué enseguida entre mis autores de cabecera. En esta nueva publicación a cargo de Ediciones Liliputienses he vuelto a encontrarme con él y finalmente he comprendido por qué me maravilló tanto aquella primera lectura: imágenes, palabras, tipografía, todo parece haber sido pensado-puesto minuciosamente. Su poesía se construye como aquellas casas de Colonia Libertad, con chapas, cemento, luces y sombras y se dirige a un sitio determinado: nuestra memoria, para escarbar en nuestra propia identidad e invitarnos a comprender el mundo desde otra perspectiva.
El método de escritura de este libro, explica Pimienta a modo de nota final, fue sencillo y consistió en detonar un texto partiendo de una imagen, para crear una tercera lectura de la historia. «El álbum de las rejas» es en ese sentido la verificación de cómo se construye la historia, y la poca credibilidad que existe en torno a la realidad más allá de nuestra propia memoria y la identidad colectiva de los nuestros.
Los invito a leer «El álbum de las rejas» porque podrán encontrarse con una poética cristalina donde se dibuja la extranjería como espacio de doble identidad: personal-emocional y colectiva-literaria. El carácter híbrido de la poesía de Pimienta es un ejemplo de cómo las voces se mezclan en la frontera y permiten construir nuevas formas de explicar-volar las rejas. La falta de pertenencia a un sitio es el detonante de toda escritura extranjera y, al mismo tiempo, el barbecho para el surgimiento de un decir auténtico y libre de estructuras nauseabundas. Y es lo que van a descubrir al zambullirse en la poesía de Pimienta: un mar donde la lengua se deforma y adquiere nueva identidad-forma-color.
¡Lean «El álbum de las rejas», conozcan a Don Marcos y dibujen una nueva forma de entender este mundo loco en que vivimos!
EL ÁLBUM DE LAS REJAS
Omar Pimienta
Ediciones Liliputienses
978-84-945430-4-3
79 páginas
11 €
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