Hoy nuestro protagonista del el desván de los libros perdidos es Pablo d’Ors y su libro «Andanzas del impresor Zollinger». Para muchos posiblemente esta obra debido a que no tiene tantos años no debería nombrarse como una rescatada; sin embargo, es de esas novelas que considero no han recibido la atención que se merecían y por eso quise escogerla y ligarla a este ciclo. Considero que es un libro entusiasta capaz de despertar numerosas emociones y de colaborar con nuestro desarrollo emocional de forma sumamente positiva.
Camino a la iluminación
En esta novela caminamos junto a un personaje un tanto peculiar. Se llama Zollinger y es un joven que desea ser impresor pero que, a causa de las amenazas de los demás impresores del pequeño pueblo en el que vive (llegamos a creer que ha sido amenazado de muerte aunque no está del todo claro), se marcha para evitar cualquier represalia.
Así comienzan sus andanzas que podríamos resumir en cuatro estados importantes: primero trabaja como guardavías; más tarde se alista al ejército y lleva un tiempo de soldado; posteriormente se encierra, se aleja de todo contacto humano y escribe; para, al final regresar al mundo y comenzar a desarrollar el oficio de zapatero.
De alguna forma vamos encontrándonos con todos los pasos que nos llevan a descubrirnos a nosotros mismos. Zollinger es joven y quiere gustar de la vida pero sobre todo conocer sus miedos, ahondar en sus tristezas, escribirlas y todo este camino lo ayuda a aferrarse a sus convicciones y a volverse un hombre seguro de sí mismo, capaz de apreciar las pequeñas cosas.
Hay un fragmento que me resulta bellísimo en el que Zollinger dice que existe una manera de vivir y sentirse plenos que no tiene que ver con tener o no trabajo, con haber recibido o no el reconocimiento de los otros, con haber llevado a cabo con éxito un proyecto o no haberlo hecho. Esa posibilidad, piensa Zollinger, reside en aceptar lo que nos toca y no perder jamás la capacidad de asombro que nos permita observar lo que nos rodea y descubrir cada día cosas nuevas y maravillosas.
El viaje del heroe
Muchos lectores encuentran muchos guiños literarios en esta obra, a lo escrito por Kafka, Hesse y Walser principalmente. También yo encuentro un tinte dostoievskiano que me ha gustado especialmente; esas preguntas fundamentales que el escritor ruso intentó responder en cada uno de sus libros se hacen presentes en la obra de d’Ors con una intensidad rigurosa. Ese viaje que realiza August Zollinger me ha llevado al pequeño Aliosha y sus innumerables conflictos paterno-filiales, su deseo de conocer la vida y su miedo a aferrarse a una verdad que pueda romperse de un instante al siguiente.
Otro tema que me parece muy interesante y que creo que d’Ors trabaja con especial delicadeza es el del exilio. Un joven que se siente expulsado de su tierra y se dispone a un camino de huida triste y avergonzado y de pronto descubre que esa huida no es tal y que lo que se perfilaba como un camino amargo termina convirtiéndose en una senda de iluminación, en una alternativa para alcanzar esa plenitud de la que hablaba. En este aspecto pienso que el libro ayuda a comprender cómo aquello que parece una tragedia según como sea analizado puede resultar positivo. También, y cómo no, me ha hecho reflexionar en la extranjería: en la dificultad de marcharse pero en el descubrimiento de ese universo que se abre al cruzar la frontera, que permite una amplitud de los horizontes, de todos ellos y colabora con una comprensión absoluta de nosotros mismos.
En definitivamente, podría decirse que es una novela en la que podemos ver con lujo de detalle los diferentes estados del viaje del héroe: su huida, su desolación, la luz que aparece en el terreno ignoto y posteriormente el encuentro de una verdad que parecía imposible pero que estaba ahí aguardando por su descubrimiento.
Pablo d’Ors nació en Madrid en 1963 en el seno de una familia que dio vida a numerosos artistas. Sin duda, su relación con su abuelo Eugenio d’Ors, fue fundamental para su crecimiento como escritor y fue también quien lo inició en el camino del pensamiento, ayudándolo a construir una mente despierta y crítica. Además de su pasión por la literatura y de escribir esta y otras novelas, Pablo es sacerdote y estudio Teología en diferentes países. Ese camino que realiza el protagonista de esta historia tiene que ver también con su manera de buscarse a su mismo, al emprender diversos peregrinajes.
Si bien no me llevo nada bien con los curas, debo decir que la forma en la que d’Ors se acerca a la palabra es sumamente interesante y, al margen de sus convicciones, nos ofrece un libro de exploración personal que sobrepasa las barreras ideológicas. Por eso creo que sería una excelente lectura para cualquier momento. Y también por eso quise sumarlo a los rescatados del desván de los libros perdidos.
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